En el universo de Haikyuu..
Mai Sakurai una chica alegre y competitiva vuelve a su pais de origen luego de 8 años de vivir en Estados Unidos y jugar como capitana en el equipo femenino de Voley. Vuelve con ganas de jugar en un equipo y ser la mejor...
El cansancio pesaba en mis piernas, pero la adrenalina del partido me mantenía en pie. El marcador marcaba 22-21 a favor de Shiratorizawa, pero sabía que podíamos remontar. Las gotas de sudor corrían por mi frente, y aunque el tobillo aún me molestaba, no podía permitirme ceder. La entrada de Tsukishima había mejorado nuestros bloqueos, lo que me daba una sensación de confianza.
El partido continuaba a un ritmo frenético. Tsukishima realizó una finta que tomó por sorpresa a Shiratorizawa. Apenas lograron defenderla, pero su armador consiguió colocarle el balón a Ushijima. Sabía que su remate sería directo y poderoso. Me acomodé, anticipando el impacto. Como lo predije, la pelota vino hacia mí con una fuerza demoledora. Aunque me empujó hacia atrás, cayendo sentada en el suelo, conseguí recibirla perfectamente.
Kageyama, siempre rápido, armó el contraataque y Tsukishima no dudó en rematar, logrando el punto.
—¡Eso es!— escuché los gritos de mis compañeros a mis espaldas.Solté un suspiro aliviado cuando una mano se extendió frente a mí.
—Levantate enana, que recién empieza esto— dijo Tsukishima, ofreciéndome su mano.Sonreí, aceptando su ayuda para levantarme.
—Preparate tú, no vaya a ser que se te doble un dedo— le respondí, con una sonrisa ladina.
Él soltó una risa corta, y por un momento, todo el cansancio desapareció.
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El marcador estaba en 30-29 a nuestro favor, el set se alargaba y la tensión aumentaba con cada jugada. La adrenalina corría por todo mi cuerpo, estaba al 120%, dándolo todo. Había saltado al suelo demasiadas veces, pero había conseguido conectar cada pelota. Solo nos faltaba un punto, un solo punto para ganar el segundo set.
Daichi hizo su servicio, y el jugador de Shiratorizawa lo recibió sin problemas. Como esperaba, su colocador se la pasó a Ushijima. Los bloqueadores saltaron, y la pelota vino directa hacia mí, pero más adelante de lo que esperaba. Me lancé hacia ella, pero no la recibí perfectamente. El impacto de su remate me empujó hacia atrás, frustrándome por no haber hecho una mejor recepción.
—¡Lo siento, conecten!— grité con frustración.
A pesar de todo, mis compañeros lograron pasarla de vuelta al otro equipo. Sabía lo que vendría a continuación, su jugada iba otra vez para Ushijima. Me coloqué como pude, sabiendo que Asahi estaba bloqueando solo, y Tsukishima trataba de llegar. Mi cuerpo se tensó, esperando el remate de Ushijima, pero algo inesperado sucedió: Tsukishima había llegado justo a tiempo y logró bloquearlo.
Por un segundo, la cancha entera pareció detenerse, un silencio absoluto. Luego, el estallido. Tsukishima celebró, y yo grité sin poder contener la emoción.
—¡Kei!— grité con todas mis fuerzas, completamente eufórica.
Mis piernas, que estaban agotadas, se movieron por pura emoción y corrí hacia él, lanzándome hacia su espalda.
