Cap 70: Una ultima oportunidad

668 79 32
                                    

FLASHBACK

El salón de clases estaba bañado por una suave luz anaranjada, la última luz del atardecer colándose a través de las ventanas. La mayoría de los estudiantes ya se había ido, y el silencio que llenaba la habitación era relajante, casi íntimo. Mai y Kageyama estaban allí, solos, con la tranquilidad del momento envolviéndolos.

Mai estaba sentada en su pupitre, jugando distraídamente con un bolígrafo mientras miraba hacia la ventana. El cielo se teñía de tonos rosados y violetas, y la brisa ligera movía suavemente las cortinas. Kageyama, sentado a su lado, hojeaba un cuaderno de jugadas de voleibol, aunque su concentración parecía estar en otra parte. Había algo diferente en el aire, una sensación de que algo estaba por suceder, algo más personal.

—Kageyama, ¿alguna vez te has preguntado cómo será tu vida después de todo esto? —preguntó Mai, rompiendo el silencio con una voz suave y casi tímida.

Kageyama levantó la vista, sorprendido por la pregunta. La seriedad de siempre se mantuvo en su rostro, pero había un destello de curiosidad en sus ojos.

—¿Después del voleibol? —preguntó, como si la idea de imaginar algo más allá del deporte le resultara extraña.

Mai asintió lentamente, sin apartar la mirada de la ventana.

—Sí, después de todo esto... cuando hayamos terminado de jugar y tengamos que pensar en lo que queremos hacer en nuestras vidas.

Kageyama frunció el ceño, pensando por un momento. Siempre había vivido para el voleibol, pero la pregunta de Mai lo hizo detenerse y considerar algo que rara vez se permitía: un futuro fuera de la cancha.

—No lo sé. Supongo que seguiré jugando. Es lo único que quiero hacer —dijo Kageyama, su voz baja pero firme, como siempre.

Mai sonrió ante su respuesta predecible, pero en lugar de seguir hablando del voleibol, se atrevió a decir algo más personal.

—¿Sabes? —dijo, su voz bajando un poco más, como si le costara admitir lo que estaba a punto de decir—. Mi sueño siempre ha sido... tener una casa. Quiero una vida tranquila, casarme con el amor de mi vida... y usar un gran vestido de novia. Ya sé, suena un poco cursi.

Kageyama se quedó en silencio, claramente sorprendido por lo que había dicho. No era el tipo de conversación que solían tener, pero había algo en la sinceridad de Mai que lo desarmó. El silencio entre ellos se hizo palpable, pero no incómodo; era como si estuvieran explorando una nueva faceta de su relación.

—Un vestido de novia, ¿eh? —repitió Kageyama, casi como si estuviera probando la idea en voz alta. 

Su tono no era de burla, sino de genuina curiosidad y deseo.Mai asintió, su rostro ligeramente sonrojado por haber compartido algo tan personal. Aunque siempre había soñado con el voleibol, este otro sueño era algo que mantenía más cerca de su corazón, y compartirlo con Kageyama la hacía sentir vulnerable.

—Sí, siempre me he imaginado en uno. No lo sé... algo sencillo, pero bonito. Y una casa grande, con un jardín donde pueda pasar el tiempo con esa persona especial —agregó, con una pequeña sonrisa que iluminaba su rostro.

Kageyama, que generalmente no era muy bueno en manejar conversaciones emocionales, no sabía cómo responder de inmediato. Pero, en lugar de decir algo torpe, su mirada se suavizó. Algo en sus ojos cambió al ver a Mai en ese momento, bajo la luz cálida del atardecer, hablándole sobre sus sueños más profundos.

—Eso... suena bien —dijo Kageyama, con una seriedad inusual en su tono—. ¿Y quién sería esa persona especial?

La pregunta quedó suspendida en el aire, haciendo que el corazón de Mai se acelerara. El ambiente se había vuelto más íntimo, y el hecho de que Kageyama lo preguntara de esa manera, con una mirada que ahora parecía más intensa, hizo que todo se sintiera diferente, más cercano.

Entre redes y corazones- Haikyuu!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora