La fiesta que organizó Hanna estaba preciosa. Es un salón enorme, con decoraciones extravagantes en dorado, beige y blanco. Hay un parque con globos, guirnaldas y un mural con fotos nuestras; en realidad, fotos mías y de mi panza, con un bolígrafo para que los invitados escriban a medida que llegan el sexo que creen o quieren que sea el bebé.
No sé cómo será la revelación, Hanna no me quiso decir nada para que todo sea sorpresa y por el momento, lo está siendo.
Me siento tan feliz, tan en paz y tan llena de emociones que los ojos se me aguan más de una vez y Emmie me limpia en la cocina.
—Se te va a correr todo el maquillaje si sigues llorando—me dijo volviéndome a poner rubor por tercera vez.
—Es que estoy tan feliz.
—Ya sé, pero cálmate.
Toda la familia y amigos están afuera. Paseo entre los grupos saludándolos a todos y recibiendo abrazos y bendiciones.
Hanna viene corriendo, entusiasmada.
—¿Estás lista? Comenzaremos con una actividad.
Me llevó de la mano al sector donde está todo organizado y doy gracias a Dios por tener una familia tan activa y sin vergüenza, ya que juegan a todas las actividades que Hanna preparó. Hay infinidad de cosas para hacer, tanto para adultos y para niños.
Hay un juego de pescar chupetes, otro de quién bebe más rápido el biberón y tengo que ver cómo Aaron y todos sus amigos se toman muy en serio este juego. Todos esos hombres corpulentos y fuertes beben biberones llenos de jugos de distintos colores con ganas de ser el primero en terminarlo. Luego hay una carrera de velocidad, pero tienen un arnés con una sandía que se tienen que poner en la panza. Está el Twister y el juego de pinchar globos hasta encontrar las palabras claves, que se resumen en “chupete”, “pañal”, “baberos”, y demás.
En pocos juegos puedo participar, ya que mis dolores y mi capacidad corporal no están al cien por ciento, pero de igual manera me la paso alentando a todos a los gritos. Hay premios para los ganadores de cada juego, Hanna se la rifó a lo grande, los ganadores reciben ropas de marcas, viajes de fin de semana al Caribe, relojes importados con las siglas de la familia y muchos premios más que me sorprenden.
—Oye, yo quería uno de esos —me quejo, cuando una de las novias de uno de los amigos de Aaron se ganó un set de maquillajes.
—¿Está buenísimo, no? —mira a su alrededor orgullosa de todo lo que organizó.
—Hasta se me antojó.
—Los maquillajes no se antojan.
—Ahora si. Regálale uno de esos a tu cuñada favorita —la abracé y le hice ojitos.
—Eres la única que tengo.
—Por eso, debes mimarme.
—¡Mamá, mira lo que gané! —Megan viene corriendo con unos lentes de sol en forma de corazón —a que me veo bonita.
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Ni Que Fuera Por Nosotros [#3]
Teen FictionLIBRO 3- Trilogía COMPLICACIONES Todo parecía marchar con calma en la familia Larken Blair. Los problemas habían puesto pausa. Los conflictos pararon. La paz comenzó a reinar. Pero, si, siempre hay un pero. Estamos hablando de la familia Larken Blai...