Capítulo 43: Pinky promise

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Tenés razón, Angélica, nadie se resiste a los encantos de June. Este capítulo está dedicado a ti, gracias por estar acá leyendo esto.

MARATÓN 3/4

La mamá que tuve ya no me quiere y papá me dijo que yo siempre voy a tener lo que quiero

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La mamá que tuve ya no me quiere y papá me dijo que yo siempre voy a tener lo que quiero. Así que ahora quiero una mamá y quiero que June lo sea.

Papi me mira con los ojos brillosos y sé que no es solo la luz de su ordenador reflejado, sino que está contento con lo que le pedí.

Primero me besa la frente y luego asiente.

—Todo lo que tú quieras, mi amor.

Siempre me lo ha dado todo, incluso más de lo que siempre pedí. Es el mejor papá del mundo, a él si que nunca lo cambiaría por nadie.

—¿Puede adoptarme como a Ethan y a Mateo?

—Claro, lo haré posible para ti.

—¿Crees que ella quiera?

—¿Es broma? Está esperando este momento desde hace mucho. Te ama como si fueras su hada.

—Soy su hada. Y ella es mi ángel.

Me abraza tan fuerte que me duelen los brazos, pero no le digo nada porque sé que solo está feliz y cuando está tan feliz le da por intentar romperme el cuerpo a la mitad. Tiene mucha fuerza, seguro que puede levantar una casa, pero no lo hace para que no tengamos una mala reputación con los vecinos.

—¡Oigan, es tardísimo!—brinco sobre el regazo de papá y me río cuando veo a June en el balcón de su habitación. Está cubierta de su bata de dormir —¿Qué tanto hablan ahí, ah? Ya es hora de dormir.

—¡Ya vamos!

—Pero ya.

Papá todavía me sigue cargando como cuando tenía cinco años y no me molesta, no es como si caminar fuera tan divertido. Me lleva a mi habitación y me quedo dormida con una sonrisa en el rostro. Voy a hacer muy feliz a la persona que me hizo muy feliz a mí.

•••••••

El grito de Megan me levanta de la cama y arrastro mis pantuflas hasta la puerta donde la veo pasar corriendo y gritando de una forma que me deja sorda.

—¡Te voy a arrancar esas trenzas feas! —Mateo pasa después de ella dando pasos largos y agitando uno de sus autitos de juguete que le regaló el abuelo Jack —¡¿Y tú qué miras?! —me grita apenas me ve —pareces una bruja loca.

Sigue correteando a Megan y me miro en el espejo, si que parezco una bruja, tengo los pelos para cualquier lado y una cara de dormida horrible.

—¿Y si los encerramos con las mascotas? —Ethan entra a mi habitación y se tira boca abajo en mi cama.

Ni Que Fuera Por Nosotros [#3]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora