Dedicado a Marta. Divina, feliz día, de qué no sé, pero feliz día. Gracias por leer, i love you.
Me estoy ahogando.
Sola.
No veo nada, ni siquiera sé si estoy respirando.
Solo escucho sus gemidos gutuales lejanos, el sonido de mi trasero golpeando abruptamente contra su ingle, y mis gemidos ahogados en la almohada. No me importa si estoy babeando toda la sábana, necesité morder algo y silenciar mis gritos de placer para mantenerme cuerda.
Su mano se cerró en mi nuca y me levantó apenas torciendome un poco la espalda.
—Te quiero escuchar.
Y sus deseos fueron órdenes que acaté al instante en que su mano golpeó mi nalga. Casi pude sentir que el orgasmo se me aceleró con eso. Mentira, lo tuve al instante, haciéndome temblar las piernas y estrujar la sábanas. Disminuyó el ritmo, pero no paró y siguió esta vez sentándose sobre sus pantorrillas y sentándome sobre él dándole la espalda.
Lo bueno de tener sexo con un posesivo controlador es que él lleva el control de todo incluso cuando yo lo tengo y para una vaga como yo me viene muy bien que él me mueva a su ritmo como una muñeca. No hago demasiado e igual siento placer, es perfecto.
Cómo en ese momento que con sus brazos rodeándome me subía y bajaba a su antojo. Y yo feliz. Mientras menos esfuerzo haga mejor. Pronto me cambió de posición, volteandome para tenerme de frente, y luego nos acostó, y luego nos volvió a girar subiendo mi pierna para entrar mejor. Y luego…
Me mordió una teta.
—¡Auch!—le di un golpe en el brazo.
—Perdón.
—Con cuidado que son sensibles.
—Ya sé, lo siento.
Me dió besitos tiernos en dónde me mordió como disculpas y siguió penetrando con más cuidado. Hasta que sentí como volvió a acelerarse cuando me tenía acostada debajo de él, cada vez más rápido y fuerte hasta que llegó su orgasmo que terminó con dos embestidas que golpearon el respaldo de la cama contra la pared con bastante ruido.
Finalmente cayó sobre mí con la respiración agitada y una capa de sudor en su espalda, la cual acaricié de arriba abajo esquivando la venda del tatuaje para que no le duela ni le moleste mi toque.
—Siento tu corazón latiendo con fuerza —susurré. Estaba como loco y no sé cómo pude sentirlo si estaba justo encima del mío que estaba igual de acelerado—. Va a explotar.
—Cállate un segundo.
—Oh, estuve muy callada hasta ahora, no puedes quejarte.
—No paraste de gritar.
—Pero eso no es hablar.
—Yo sí te oí hablar.
—Estás alucinando, no dije nada.
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Ni Que Fuera Por Nosotros [#3]
Teen FictionLIBRO 3- Trilogía COMPLICACIONES Todo parecía marchar con calma en la familia Larken Blair. Los problemas habían puesto pausa. Los conflictos pararon. La paz comenzó a reinar. Pero, si, siempre hay un pero. Estamos hablando de la familia Larken Blai...