Ese día estaba bastante de buen humor. Habían pasado unos días desde la reunión en el juzgado y logré reducir mi sensibilidad, tendría que aprender a tolerar la situación sea como sea, porque no se trata de mí, es sobre mis hijos.
Cuando llegué a casa con Aedan, los demás aún no habían regresado de sus actividades. Dejé mi bolso, el ramo de flores que había comprado y la mochila de mi bebé sobre la mesa y fui a la cocina a prepararle su biberón.
—¿Quieres ir a jugar al parque luego?
—¿Siesta no?
—Aún es temprano para la siesta, amor. Si te vas a dormir ahora no querrás dormir en la noche.
Lo senté sobre la mesada y pasé mis dedos en su perfecto cabello castaño, siento que cada vez lo tiene más claro, al contrario de Megan que mantiene su castaño chocolate como el mío.
—Te amo mucho, ¿lo sabes, no?
—Shi, mami.
Cuando la leche estuvo lista, la puse en el biberón y lo dejé unos segundos con la tapa abierta para que se enfríe. Cuando estuvo bien se la di y lo bajé de la mesada. Se fue contento hacia el sillón a ver televisión.
—¿Quién es el niño más lindo del mundo?
—Yo—sin dudarlo se subió al sillón con esfuerzo y le puse sus dibujitos animados favoritos.
Busqué en mi biblioteca mis cuadernos de anotaciones y la laptop para ponerme a escribir. Tengo que ponerme al día con mis libros de ciencia ficción, tengo que avanzar con la saga que estoy escribiendo antes que se me olviden todas mis ideas. Aunque dudo que pase, pienso tanto en ellas y nuevas ideas cada día que es casi imposible que algún día me quede sin imaginación.
En la sala vi a Aaron ingresando con su maletín de pinceles especiales y una camiseta blanca que se le ajustaba en los hombros.
—Creí que no habías llegado aún—dijo sin siquiera voltear a verme.
—No llegué hace mucho. Aedan está mirando televisión y yo voy a escribir un poco.
—Okey. ¿Te avisó Violett que vendrá con Charlie?
—Si.
—¿Quieres que me quede esta vez?
—No, tranquilo. Yo me ocupo.
—Bueno—se giró por fin a verme con esos ojos que me hipnotizan cada día más —Solo vine por unos lienzos que me dejé.
Asentí y lo dejé en la sala antes que tuviera el impulso de tirarme otra vez sobre él. Pasé a ver a Aedan, ya estaba medio dormido sobre el sofá, aunque le dije que no dormiría ahora, lo dejé hacerlo. Ya venía cansado en el coche de tanto jugar con los niños de la guardería. Luego veré que hacer para que vuelva a cansarse después de la siesta y así duerma toda la noche.
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Ni Que Fuera Por Nosotros [#3]
Teen FictionLIBRO 3- Trilogía COMPLICACIONES Todo parecía marchar con calma en la familia Larken Blair. Los problemas habían puesto pausa. Los conflictos pararon. La paz comenzó a reinar. Pero, si, siempre hay un pero. Estamos hablando de la familia Larken Blai...