Ni Que Fuera Por Nosotros [#3]

Capítulo 27: Don't worry, be happy

Buenas, síganme en mi Instagram @hollyxbooks, es nuevo, porque el otro se murió. Síganme, soy buena gente de lunes a jueves.

La dejo exhausta en la cama mientras me doy una ducha para llegar limpio a mi reunión. Cuando salgo aún sigue acostada, tapada con las sábanas blancas que le cubren hasta los pechos. Me acerco a darle un beso en la frente y abre los ojos.

—Vuelve pronto.

—Bueno. Descansa.

Tenemos turno en el médico a las once, apenas son las ocho. Los niños ya se fueron a la escuela y a la guardería, tuvo que distraerme para que no los llevara yo mismo y los vigilara hasta que entren todos. Estoy haciendo un esfuerzo por no sobreprotegerlos demasiado, pero es difícil. Me recuerdo en todo momento que no quiero crearles miedos, no quiero que piensen que estoy ahí todo el tiempo orbitando a su alrededor porque algo va a ocurrirles. Quiero cuidarlos, pero tengo que controlarme.

Primero voy a mi sesión de terapia individual y el psicólogo hurga en mi pasado, precisamente en el temita de mi hermana y mi madre y en el porqué de mi locura con el nuevo compromiso de Hanna. No le han dicho nada a nadie, de hecho, ni siquiera sé si Tyler le dijo algo o si ella aceptó, pero la idea no deja de rondarme en la cabeza. No puede ser que hace cinco minutos estaba en Estados Unidos siendo una estrella de la danza contemporánea, brillando en todos los canales televisivos y revistas deportivas y ahora va a comprometerse con alguien.

Y no es cualquier alguien, es un Blake. Un maldito Blake.

Yo sé de su fama de cazador. De él y de todos sus hermanos, porque son todos iguales. Andan con todas y con ninguna. Sé que Tyler se ha comportado con Hanna estos años de relación que llevan. Pocas veces han tenido problemas tan fuertes como para que yo me entere, y si se separaron alguna vez, no lo supe. Pero un compromiso es diferente, espero que no se le cruce ni un solo pensamiento que lastime a mi hermana porque le voy a hacer la vida de cuadritos.

—¿Por qué crees que debes protegerla tanto?—me pregunta el psicólogo.

—Porque es mi hermana, obvio.

—¿No crees que hay algo detrás de eso?

—¿Qué va a haber? Hanna es muy impulsiva, hace cosas que después se arrepiente y no quiero que cometa un error tan grande como lo es un compromiso a esta altura de su vida.

—Tú te casaste y te divorciaste dos veces, Aaron, y no tienes ni treinta años.

—Yo soy yo y ella es ella.

—Exacto. Tú en lo tuyo y ella en lo de ella. Si quiere estar con esta persona, casarse con él y vivir juntos, ¿Quién eres tú para impedírselo? —no le respondí y volvió a presionarme—. ¿Crees que tienes la experiencia necesaria para decirle lo que tiene que hacer con su vida?

—Claro que la tengo. Tú lo dijiste, me casé y divorcié dos veces, considero que eso es suficiente para ayudarla a no cometer errores.

—¿Casarte con June fue un error?