Ni Que Fuera Por Nosotros [#3]

Capítulo 18: Amenazas del tipo cárcel

Dedicado a mi querida Umi Busse, porque siempre te das cuenta cuando me estoy cayendo y me tiras una mantita de felpa para que duela menos. Te guardo acá →❤️

Cuando le muestro las fotografías que tomé a Daniel, mi abogado, me mira con desaprobación.

—Allanaron una casa.

—Eso es una perspectiva de verlo.

—Es lo que es, y es ilegal.

—Pero conseguimos algo.

Volvió a revisar más atentamente las imágenes.

—¿Qué, una prueba de paternidad?

—Si, es de hace seis años, ¿Sabes cuántos años tiene él?—señalo atrás donde está mi hijo en su camilla.

Decidimos reunirnos aquí para estar cerca de Ethan mientras se recupera.

—Lo voy a investigar, pero no se hagan ilusiones.

—¿Podría ser posible que Sebastián no sea padre de Ethan? Si es así, ¿Puede pedir su custodia?—pregunta Juniper desde la camilla acariciando los rizos de nuestro hijo.

—Está casado con Carla, así que si.

—¿Legalmente?

—Pues, ahora voy a tener que averiguar eso —suspiró rascándose la frente y se puso de pie—. Solo les voy a pedir una cosa, no se metan en problemas. Tengo gente haciendo este trabajo, no hace falta que jueguen a los detectives en cubierto. Lo último que necesitan ahora es que los metan en prisión.

—¿Hace cuánto te estoy pagando para que resuelvas esto junto a tu equipo? ¿Dos meses, tres? Y aún no veo resultados contundentes —le advierto y lo acompaño a la puerta—. Si tú no haces tu trabajo, voy a tener que hacerlo por ti.

No respondió más, se despidió de Juniper y prometió volver luego con noticias.

No pretendo tener esperanzas de más con esto, pero si espero que sea algo, lo más mínimo que sea me ayudará a seguir adelante.

Juniper se acuesta al lado de Ethan y yo en el asiento disponible, deja su mano sobre mi mejilla para que la mire a los ojos.

—Estoy segura de que esto es algo importante.

—Eso espero.

Descanso con la cabeza sobre su cuerpo unas cuantas horas hasta que la siento levantarse e irse de la habitación. Cuando abro los ojos definitivamente salió y Ethan sigue aquí dormido. Le bajo al aire acondicionado para que no sienta frío y salgo despacio mirando hacia los lados. Juniper está del otro lado del pasillo hablando en susurros con su doctora. Cuando me ve se despiden y viene a mí con un paquete de panes saborizados y cafés.

—¿Qué pasó? ¿Todo bien?

—Si, aproveché para hacerme un chequeo.

Echo un vistazo a la doctora que se detuvo a hablar con otro paciente.