Carta 73

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Insomnio....



Hoy me he levantado a mitad de la noche. Concilié el sueño después de haber llorado por tantas horas en el jardín, aún me faltaba como medio metro para llenar la piscina de mi casa. Soñé contigo, soñé que me escribías y pedías vernos en nuestra cafetería favorita. Mi corazón se detuvo y no pude creerlo. Fue entonces cuando abrí los ojos de manera tan rápida que solo recordarlo me da miedo. No fue real... Mi mente estaba jugando conmigo. Mi celular no tenía ningún rastro de algún mensaje tuyo.

Estoy mal... Poco a poco me estoy hundiendo en mi propia cárcel, una cárcel a la cual tú contribuiste con algunas cosas. No volví a pegar el ojo. Escuchar tu música una y otra vez me hacía regresar al momento en que hablé con Richard, cuando todo comenzó a transformarse en música, conciertos y contratos. Escuchar tu voz en tono de melodía me mantenía un poco tranquila, en cerrar mis ojos e imaginarte justo enfrente de mí, con tus labios sobre los míos, en su peculiar y característico sabor.

Fue como si retrocediéramos antes de que tomáramos rumbos distintos.

Hoy mi hermanito preguntó por ti. No encontré la manera de explicarle que la probabilidad de que vuelvan a jugar juntos con su pelota es demasiado baja. Me di cuenta de que no solo salí lastimada yo, sino que él también. Desde entonces, se ha notado muy triste y callado. La mayor parte del tiempo hace guardia en mi puerta y si escucha el sonido de una notificación en mi celular, piensa que eres tú... A mí también me gustaría. Pero no va a suceder.

<<Creemos que solo rompemos una cosa para ser concretos, pero en realidad hay miles de daños colaterales que no logramos ver, porque las fracturas son demasiado pequeñas. Y suelen ser las más importantes o las de más daño...>>

No somos y no seremos...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora