No somos y no seremos...

Capitulo #38

Sorpresa...


Desde que supe de tu existencia y comenzamos nuestra relación, nunca te había visto cerca de un niño. Me daba curiosidad saber cómo sería tu paciencia lidiando con los pequeños, especialmente con mi hermano.

Antes de saber que estabas en casa, mi hermano estaba triste y estresado porque, siendo tan pequeñito, aún no podía encestar la pelota en la canasta. Nadie prestó atención a sus quejas, ni siquiera yo. Pero verte a ti, animado y jugando con él mientras mi familia aún dormía, fue lo mejor. Sus risas llenaban el aire, ambos en pijama, disfrutando del momento.

Sabía que convivir con él te costaba, ya que este tipo de experiencias las viviste solo. Tu padre, después de todo, decidió apartarse y no formar parte de tu vida. Lo sé, lo siento si te hice recordar, pero me di cuenta de lo bondadoso que eres a pesar de todo.

Lo cargaste en tus hombros y le dijiste que ahora, con tu ayuda, era lo suficientemente alto para encestar sin ningún problema. En ese preciso momento, te ganaste el corazón del pequeño monstruo.

<<Aun a pesar de ser la persona más mala del mundo, siempre existirá una pizca de bondad en nuestra alma.>>
<<No todo lo malo es malo.>>

Ver cómo te comportabas con mi hermano me llenó de ternura y admiración. Nunca había visto esa faceta tuya, tan cariñosa y paciente. Mientras los observaba, me di cuenta de que no solo me había enamorado de ti, sino también de la manera en que tratabas a los demás, especialmente a los que eran importantes para mí.

Ese momento fue una revelación. Ver la alegría en los ojos de mi hermano, gracias a ti, me recordó por qué te amo tanto.

Gracias por ser esa luz en nuestras vidas, por mostrarme que la bondad siempre encuentra su camino, incluso en los momentos más oscuros. Estoy ansiosa por ver cómo nuestra historia sigue creciendo, con momentos como este que atesoro en mi corazón.

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