Final

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Nils

Me levante desubicado del piso húmedo, repleto de la cabeza hasta los pies de lodo. El ruido de unos zapatos caminando por el agua se vuelven más presentes que cualquier otra cosa.

Los rayos del sol me dejan ciego temporalmente, pero estoy tan hipnotizado por el brillo de algún objeto que se refleja en el agua que aun a pesar de sentir dolor y molestias sigo mirando sin parpadear en ningún segundo.

— Sigues siendo igual de torpe — la voz preferida de mi cabeza y de mi corazón

— Quedando en shock y sin creerme lo que sea que hice para poder escucharla, me di la vuelta —¿Maya? – Pregunte aturdido

Una sonrisa inmensa se dibujó en su rostro tan angelical, abriendo sus brazos de lado a lado.

 —Así es, esa misma — confirmo guiñando un ojo.

Estaba echo un desastre en cualquier sentido. Pero corriendo a su encuentro, apresurando el paso para que unos brazos a los que tanto extrañe le dieran consuelo a mi corazón. Me acurruque en ella, quedándome inmóvil y prestando oídos a su respiración.

— Sabía que te encontraría aquí — confeso mientras me tomaba de la mano con fuerza y me llevaba a otro lugar, alejándonos a toda prisa del rio.

Pero ella lucia tan radiante y más hermosa. Fue como si no recordara las peleas y altibajos en los que estuvimos hundidos los últimos meses o años más bien. Quería explicarle todo, que nunca fue mi intención alejarla y dañarla de tal manera.

— Ya lo se Nils.Te eh escuchado — Sonrió, defendiéndose en la puerta de un garaje. —  Preste atención a cada palabra tuya. Solo disfruta el resto del atardecer ¿sí?

Presiono el botón de un mando, que al segundo aquella puerta comenzó a subirse, revelando lo que tenía un su interior.

Un hermoso descapotable, un clásico, muy de tu estilo Maya.

—Yo conduciré, té llevare a un lugar que tiene las mejores vistas – entro dentro de, y cerró la puerta esperando a que entrara en aquel coche – estoy segura de que quedaras igual de encantado que yo, la primera vez que estuve ahí.

Me sentí en paz, la mayor parte del camino Maya condujo con la música a tope, y su mano entrelazada con la mía. Regresándome un poco de lo que había extrañado en este tiempo. Desvió su mirada hacia su celular y cambio la música. Al escuchar el piano y mi voz, me di cuenta de cual canción era. Justó la misma melodía que escribí y que se volvió un fenómeno a pocas semanas de haber terminado con ella. Traté de cambiar a toda costa de canción, pero lo único que recibí fue un manazo.

— No...en verdad me gusta esta canción —  moviendo una de sus manos en el aire, mientras cantaba por todo lo alto — I'm the first to say that i'm not to perfect —sintiendo tanto la canción que cantaba con tanta inspiración y sentimiento.

El coche se detuvo en un lugar plano, alto y con una maravillosa vista al mar. Bajo del descapotable con tanto estilo, con una de sus gafas favoritas, unos vaqueros cortos tan ajustados que dejaba ver unas piernas largas y bronceadas,acomacompañada de una blusa transparente. Lucia tan ella...Me tendió la mano y me atrajo hacia ella. Una vez más me quede quieto, sin poder ordenarle a mi cuerpo que fuera detrás de ella. Solo la volví a observar aquella hermosa mujer, la cual cantaba tan entusiasmada una de mis tantas canciones. Moviendo sus manos de un lado a otro, mientras que en otra ocasión se quitó los lentes y comenzó a usarlos como un micrófono y al dar oídos al estéreo del coche que tenía un volumen tan alto, que comenzó a cantar con más fuerza cuando llego la parte del coro.

No somos y no seremos...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora