No somos y no seremos...

Carta #17

Inglaterra...

El vuelo de Italia hasta Inglaterra me ha resultado agotador, y más aún porque me tocó sentarme junto a mi hermano menor. Así que ya te imaginarás: salí del avión con un tic en el ojo, completamente absorbida por ese pequeño ser de cinco años.

Mientras esperaba la recogida de equipaje, tuve tiempo de revisar tu Instagram y Gmail. Vi con detalle las fotos de tus alocadas aventuras con tu familia. Me alegra saber que estás bien y que te diviertes. La idea de pasar la Navidad y el Año Nuevo en Canadá, en una cabaña, me ha encantado. Dile a tu madre que tiene un mil sobre diez.

Sé que pronto podremos aprovechar el tiempo y descubrir nuevos lugares juntos. De camino a la casa de los abuelos, me quedé dormida en el asiento trasero del Uber y soñé contigo. Estábamos en un lindo lago en un kayak, el agua era clara y sobre ella había neblina. Aun así, seguíamos emprendiendo camino, dejándonos llevar por las aguas tranquilas. Mientras tomabas mi mano y me besabas, sentí ese beso tan real que, por un momento, me sentí tranquila y protegida, como si nada malo pudiera pasarme.

Pero desperté, y ya estábamos en la casa de la abuela. Lo primero que vi fue a un señor con una radiante sonrisa, apenas capaz de abrir la puerta. Corrí hacia él para abrazarlo, y por poco le rompo la espalda. Mientras él esperaba en el umbral de la puerta, la abuela esperaba paciente en el sillón. No pude evitar acurrucarme en sus brazos. Me quedé ahí hasta Dios sabe qué horas. Tanto tiempo sin verlos, y aun así, se alegraban al verme llegar. Yo odiaba ver cómo cada día que pasa ellos envejecen más y pensar que, tal vez, un día no muy lejano, me enteraré de algo que no quiero.

Por eso, quiero que estés más cerca de tu familia. Disfruta, vive el hoy y libérate de las cargas de lo que alguna vez se convirtió en un ayer.

Nils, sé que has pasado por mucho. La pérdida de tu hermana es una herida profunda, pero quiero que sepas que ella estaría orgullosa de ti. Quiero que sigas persiguiendo tus sueños, que sonrías y que construyas una vida plena. Cuando llegue el momento en que nuestras arrugas cuenten las historias de nuestros años, quiero que mires atrás y te sientas satisfecho de haber hecho hermosos recuerdos con la gente que te ama

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