Por supuesto, Carolina me regañó por no haber dicho nada, por no hacerme la prueba y dejar pendiente el tema de la operación.
—Sabes que jamás diría que tú lo supiste todo desde el principio...
—No es por mí —dijo con firmeza y seriedad—. Sabes perfectamente lo que te podría pasar.
—El ginecólogo dice...
—No me importa lo que el ginecólogo dice —interrumpió—, soy yo la que te ha visto todos estos años y no me voy a quedar sin hacer nada —me apuntó con un dedo—. O hablas tú o lo haré yo.
No tenía caso discutir con ella porque la que lleva la razón no soy yo.
Dánae me estaba esperando en el pasillo, hablando con una chica, quien, al verme, me hizo un mal gesto y se fue.
—¿Qué le hice? —le pregunté.
—Nada, le caes mal a todas —encaminó.
—¿Por qué?
—Por lo cercana que eres a la licenciada Sade. ¿No te habías dado cuenta? Media escuela quiere tu cabeza.
A duras penas tengo en mente a Dánae como para tener en cuenta a todos. Ni siquiera sé bien a bien quiénes están en mi clase.
Y creí que el no tener más amigas se debía a que yo no las busco, pero parece que no.
—Ella y yo no somos tan cercanas.
—No, pero por ahí se sabe que te dio clases particulares —dijo.
—Porque la enfermera se lo pidió, son amigas.
—Ándale, también por eso. Las pocas que conocen a la enfermera van tras ella y te comiste los dos mandados.
—No es cierto.
—No importa —sonrió—, ya sabes cómo son. Se va a poner peor si le prestas atención a los chismes.
A pesar de los chismes y todo lo que pudieran decir de mí, siendo lo que menos podría importarme, ya había quedado de ver a Cynthia en el aula donde tuvo su última clase.
Cuando entré, ella iba hacia afuera.
—¿A dónde vas? —le pregunté, con las manos detrás de mí, pegadas a la puerta.
—Tengo que ir a dejar esto —me mostró un folder.
—¿Te vas a tardar?
Sonrió para sí.
—Si está el director, no.
Ese hombre nunca está, es igualito que Carolina.
Suspiré al mirar hacia la derecha.
Llevaba todo el día esperando verla.
Dejó el folder en el pupitre más cercano, se volvió a mí y levantó mi cabeza, sujetando mi cuello.
—No hagas eso —murmuró.
—¿Qué...?
Sin responderme, me besó.
Cerré los ojos y estiré la espalda para enderezarme, entonces se acercó más.
Bajó las manos a mi cintura, mientras que yo abracé su cuello.
Al empujar sus labios hacia los míos, tiró de mí y el latido de mi corazón fue más rápido.
Cuando dejó de besarme, para permitirme respirar, no me estaba tranquilizando su mirada.
Y temblé cuando tocó mis labios con sus dedos.
—Tienes que ir a dejar eso —susurré.
Una vez que me soltó, me hice a un lado y se fue para ir a entregar ese folder.
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Vas a estar en mi corazón | EN PROCESO | ©
Romance💗 Porque siempre pasa lo que no debería y a tu corazón le importa muy poco si se puede o no. Cuando tu alma es quien elige, tu opinión sale sobrando. . . . Esta novela utiliza en su premisa el romance entre profesora-alumna. ⚠ Hay contenido +...