Después de comer, a pesar de que ya había oscurecido y no le avisé a Dánae a qué hora pensaba regresar al departamento, me quedé con Noah en su habitación.
Solo quería saber cómo iba con su empeño en dejar el tema de Lucero atrás.
Dijo que no puede.
—¿Estás enamorado de ella? —le pregunté, mirando de cerca la pecera con luces neón que tiene en su habitación.
Por eso y las de los posters, no hace falta encender las luces.
Cuando no me respondió, volteé a verlo y lo vi sentado en la alfombra, recargado en la cama.
Fui a sentarme con él.
—No sé —contestó—. Nunca me dio entrada, pero, por más que lo intento, siempre vuelvo a ella.
Cuando Lucero lo rechazó, mi recomendación fue que, luego de que pasara un tiempo, saliera con alguien más. Lo hizo, pero sus relaciones no duraron más de uno o dos meses.
Y no me voy a meter tanto como para preguntarle a Lucero por qué lo rechazó.
No quiero que ella piense que yo tengo alguna clase de resentimiento.
Con este novio suyo lleva ya casi un año y no convivo mucho con ella como para saber si realmente le gusta o está enamorada, en cambio, ella es la clase de personas que, cuando algo no le gusta, se aleja.
De Noah no se alejó, le pidió ser amigos solamente.
—¿Piensas intentarlo otra vez?
Le dijo lo que sentía, si no mal recuerdo, hace un año, precisamente.
—Justo ahora, te voy a decir que no.
—Pero igual mañana cambias de opinión —completé y asintió.
—¿Y tú? —preguntó—. Mis papás me siguen preguntando si tienes algo por ahí y ya no sé qué decirles.
Él es el único que sabe que no tengo nada con nadie y es el que menos me pregunta.
Dánae sigue estudiando y yo quería salir de mi casa porque sentía que ya no podía respirar aquí.
Cuando me sugirió vivir juntas, no lo pensé mucho y acepté.
El punto era salir, si las cosas no iban bien, volvería aquí o me habría buscado otra cosa por mi cuenta, sin embargo, Dánae y yo funcionamos muy bien.
Yo no me meto en sus cosas y ella no se mete en las mías.
—Solo diles lo mismo de siempre: que no sabes.
—No estás ni pensando en conocer a alguien, ¿cierto?
Negué.
—Tengo mucho trabajo.
El hospital se lleva casi todos los segundos de mis días, pero eso no significa que no me guste.
Me encanta mi trabajo.
—... ¿No has sabido nada de Carolina?
Suspiré.
—No, la última vez que hablé con ella fue cuando se fue.
Hace tres años, en diciembre, Carolina se fue. El trabajo que consiguió de plano no le estaba dando y prefirió irse.
No volví a saber nada de ella tampoco.
Siempre que Noah me pregunta por Carolina, en realidad no quiere saber de ella, pero lo hace por no preguntar directamente.
Él sabe y entiende que no quiero hablar de Cynthia.
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Vas a estar en mi corazón | EN PROCESO | ©
Romance💗 Porque siempre pasa lo que no debería y a tu corazón le importa muy poco si se puede o no. Cuando tu alma es quien elige, tu opinión sale sobrando. . . . Esta novela utiliza en su premisa el romance entre profesora-alumna. ⚠ Hay contenido +...