Sujeté la cabecera de la cama para levantarme, estiré la espalda cuando sentí que estaba empezando a dolerme y creo que la escuché tronar, justo antes de que Cynthia me agarrara por el cuello.
Tiró un poco de mí y empezó a besarme. Al estirarme más, me abrazó por el vientre y sentí su busto en mi espalda cuando me presionó hacia ella.
Alcé más la cabeza, casi hasta recargarme en ella.
Suspiré cuando llevó su mano hacia abajo una vez más.
Acababa de venirme y todo seguía muy sensible, pero ella sabe cómo tocar cuando está así.
Me quejé al sentir que me dolía el beso en mi cuello.
—No me dejes marcas —le pedí.
Empezó a pasar su lengua al mismo tiempo que sus dedos volvían a entrar.
Ese sonido de sus dedos entrando y saliendo está en un punto en que me hace temblar de solo escucharlo.
La alarma en mi teléfono sonó.
Cynthia empezó a ir más rápido hasta hacerme terminar por última vez esta noche.
Apagué el teléfono, bajé de la cama y me puse una playera suya para ir al sanitario a darme un baño.
Creí que me acostumbraría a esto, pero cada vez me duele más la cadera y mis piernas tardan más en dejar de temblar cuando doy el paso.
En su auto, iba terminando de secarme el cabello.
Necesitaba un peine, solo que no traía ninguno en mi mochila y abrí la guantera para ver si de casualidad me encontraba uno, y sí, había uno mío.
—¿Cuándo dejé esto? —le pregunté.
—Todo lo que has dejado ahí sigue —respondió.
Metí las manos para buscar y me encontré un perfume, una liga para el cabello y dos bálsamos. Todo es mío.
—Lo siento —dije.
—Déjalo ahí si quieres.
Son cosas que no uso regularmente, porque no me di cuenta de que las había dejado aquí, pero que pueden sacarme de alguna emergencia.
Cuando estacionó, justo terminé de peinarme.
Volteé a verla.
—En serio quiero un viaje.
Desvió la vista.
—¿Lo decías en serio?
Eso quiere decir que sí se acuerda. Le dije hace tiempo que quería ir a algún lugar solo con ella.
—Muy en serio.
—¿A dónde?
—No te estoy pidiendo nada tan elaborado ni ir a otro país. Solo un lugar bonito, para ti y para mí.
Asintió.
—De acuerdo.
Lo que quiero es que me haga un espacio, porque la que tiene pendientes y trabajo es ella.
En mi casa, me quedé en la sala viendo algo en la televisión, cosa a la que no le estaba prestando atención, pero me quedé ahí porque no quería que nadie se diera cuenta de que no podía subir las escaleras.
∙⊱♡⊰∙
Carolina volvió a llamarme, esta vez en serio, para preguntarme cómo me había ido con el psicólogo y fui a decirle que no fui, que todavía tengo abierta la cita.
ESTÁS LEYENDO
Vas a estar en mi corazón | EN PROCESO | ©
Romance💗 Porque siempre pasa lo que no debería y a tu corazón le importa muy poco si se puede o no. Cuando tu alma es quien elige, tu opinión sale sobrando. . . . Esta novela utiliza en su premisa el romance entre profesora-alumna. ⚠ Hay contenido +...