Capítulo 52

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La junta consistió en que corroboraran todo lo que la circular decía. Era completamente sobre mí, mi manera de actuar y la participación de Carolina.

En realidad, a Santiago no lo mencionaron.

Todo ya lo sabían, más bien solo vine a confirmarlo.

No me presenté en la escuela al día siguiente, sabía que igual Carolina no estaba ahí, la citaron nuevamente, pero, en la noche, Cynthia vino a mi casa.

Quería saber cómo estaba.

—Estoy muy preocupada por Carolina —dije al volver a mi cama luego de cerrar la ventana una vez que Tulipán entró.

—Ella no se arrepiente de haberte ayudado.

—Todavía —repuse—. ¿Qué va a pasar si la despiden? Y no me digas que puede conseguir otro empleo porque no es justo, ni para ella ni para ti.

Se inclinó frente a mí y tomó mi mano.

—Te prometo que todo va a estar bien. No te preocupes por nada.

Volteé hacia la entrada, igual que Cynthia cuando mi mamá tocó la puerta que igual estaba abierta.

—¿Se queda a cenar? —le preguntó un mínimo incómoda.

—Tengo que irme, pero gracias —respondió Cynthia.

Cuando mi madre se fue, me levanté junto con ella.

—¿Vas a ver a Carolina?

—Sí.

—Quiero verla.

—Por ahora no —me pidió.

Suspiré para no responder, pero igual no iré a verla si Cynthia no cree que sea buena idea. 

Me dio un beso antes de que saliéramos para que la acompañara a la puerta.

A pesar de los ánimos y todo, mis padres se despidieron de ella.

Me quedé afuera cuando se fue porque ya no tenía ni ganas de moverme.

Esto que está pasando con Carolina no quiero que pase con Cynthia.

El resto de la semana, me tuve que presentar a clases normalmente y le conté todo a Dánae antes de que se enterara por otro lado.

No supo qué decirme, señal de que entendía la magnitud del problema en el que estaba metida.

No volvieron a llamarme, pero ni Cynthia ni Carolina se estaban presentando, no había visto a ninguna de las dos.

∙⊱♡⊰∙

Tomé asiento en la sala, recargué la nuca en el respaldo y cerré los ojos.

—Te ves enferma —dijo Zu.

Me reí con los ojos cerrados.

—No tienes que ser tan sincera —señalé.

—Perdón...

—No, ya sé que me veo mal —interrumpí—. No he sabido nada de Carolina ni de Cynthia.

—He estado viendo a Alisson muy mal, pero no me atrevo a preguntarle nada.

—No te metas, no quiero que se enoje contigo por haber sabido que estaba embarazada cuando lo de Santiago.

—¿Ese es el problema en tu escuela?

—Sí.

—¿Cynthia qué tiene que ver ahí?

—No, ella nada. Todo es con Carolina.

Vas a estar en mi corazón | EN PROCESO | ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora