Ha llegado una luna llena muy especial para Reika, ya que ha hecho que conozca a Max, Ayax y Duke.
Podéis leer su aventura, ambientada en Galicia, en capítulos cortos y muy ilustrados.
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—Avec toi nous allons faire une chose différent.— traté de explicar que no podíamos liberarlos junto a sus compañeros.—Je ne veux pas que tes camarades te fassent du mal.— era cierto, me sentiría aún más culpable.
Me di cuenta de que me querían contestar así que les quité el pedazo de cinta aislante que tenían tapando sus bocas.
—D'acord.— dijo según tuvo oportunidad de hablar.
El otro permaneció callado, probablemente aún me tenía miedo. Era comprensible, ya que el único recuerdo que tenía de mí era el de ahogarle con tal de obtener información sobre donde iban a atacar, solo me había visto en el momento más oscuro del arco de mi personaje. Por suerte, ya había vuelto a la normalidad pero debía enfrentarme a lo que había hecho en modo ataque de lobismuller.
—Je suis desolée.— traté de disculparme con él, y aunque no reaccionó agresivamente supe que las palabras no iban a ser suficiente. Saqué un bolígrafo de mi bolsillo para que pudiesen firmar los contratos y no tardaron en hacerlo. Decidí liberarlos y en lugar de ir tirando de la cinta, pensé cortarla con un cuchillo. Cuando saqué el cuchillo del segundo cajón y me dirigí hacia ellos pude ver el miedo en sus ojos. Hasta que no vieron que lo usaba para cortar sus ataduras no bajaron la guardia. Iba a costar que confiasen en mí, pero pensaba compensar lo que había hecho llevándolos a un lugar seguro para ellos donde pudieran estar juntos.
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