Nikolai (8 años / Rusia)
Recuerdo el día que déjame Rusia como si fuera ayer, el aire estaba helado y el cielo, gris y pesado se cernía sobre la ciudad como un manto de tristeza
La nieve comenzaba a caer suavemente cubriendo el suelo con una capa fina y blanca pero ahora mí todo parecía tenido de un gris apagado, las ultimas cajas ya estaban en el auto y mamá me apuraba para que subiera
Pero mis pies estaban anclados en el suelo, no quería irme de Rusia, no podía, no quería irme a Ucrania
Giré la cabeza una última vez y lo vi de pie al otro lado de la calle, inmóvil, estaba tan quieto que casi parecía parte del paisaje con su abrigo oscuro y su ushanka blanco que siempre lo llevaba a todas partes
Sus ojos, esos ojos que me parecían curiosos me miraban con calma, haciendo que me desesperara pues no dijo nada, ni siquiera levantó la mano para despedirse, solo me observas desde la distancia
Mi garganta se cerró y las lágrimas comenzaron a resbalar por mis mejillas, no era la primera vez que lloraba frente a él, pero en ese momento me pareció que seria la ultima vez que lo haría
Sabía que los niños varones no debían llorar y mucho menos delante de alguien mayor, el me había enseñado a ser fuerte y no mostrar debilidad frente al resto, pero no pude evitarlo, era algo que dolía y no entendía porque.
Di un paso hacia el, pero me detuve, ya que la voz de mamá sonó detrás de mí, apremiandome para que me suba de una vez al auto, volví a mirarlo, intentando hacerle ver que yo no quería irme que era por el trabajo de mi papá.
Pero, ¿Que podía decir? ¿Cómo podía explicar a mis padres que no me quería separar de mi mejor amigo? Que con cada paso que daba, sentía un dolor que no entendía del todo
-Siempre serás mi amigo dos-kun...- murmure, aunque sabía que no podía escucharme
Apreté los puños sintiendo como mis uñas se clavaban en la piel hasta que dolió y el dolor se mezcló con la tristeza en un torbellino que no lograba entender del todo.
El seguía ahí, obaervandome con esa expresión seria, como si quisiera decirme algo, aunque fuera seis años mayor que yo, esa diferencia se sentía más en ese momento más que nunca, pero aún así, por su forma de mirarme, sentí una promesa no dicha.
Entonces se giro y comenzó a alejarse, no hizo ningún gesto ni miró hacia atrás, simplemente se fue caminando con esa tranquilidad que siempre lo caracterizó como si el adiós no significará lo mismo para el que para mí
Lo vi desaparecer poco a poco, su figura cada vez más pequeña hasta que solo quedó la nieve el silencio y ese vacío crecer en mi pecho que no entendía.
Subí al auto finalmente abrochandome el cinturón y el motor rugió mientras nos alejabamos de la ciudad, no pude evitar darme la vuelta y mirar por la ventana trasera esperando verlo una vez más, esperando un milagro, algo que me hiciera tener la esperanza de que nos encontraríamos
Pero todo lo que vi fue el paisaje cubierto de nieve, el camino extendiéndose hacia lo desconocido, cerré los ojos y dejé que las lagrimas cayeran, silenciosas, mientras la distancia borraba los últimos rastros de lo que fue mi hogar.
-No te olvidaré Fyodor.- susurré para mí mismo, como un juramento que yo solo podía escuchar, me aferre a ese recuerdo con fuerzas, y en mi mente repetía que algún día de una manera y otra nos volveríamos a encontrar.
El auto aceleró y las luces de la ciudad quedaron atrás, convirtiéndose en un borrón de sombras y resplandor tenue, sentía cada kilómetro como una parte de mi se quedaba en aquel lugar.
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🫣🫠💞

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📚░B░a░j░o░ ░l░a░ ░s░o░m░b░r░a░ ░d░e░ ░l░a░ ░r░a░z░ó░n░📚
FanfictionA veces las promesas hechas en la infancia no se olvidan, sino que se quedan suspendidas en el aire, esperando el momento adecuado para resurgir. Nikolai tenía solo ocho años cuando dejó Rusia, llevándose consigo el recuerdo de un amigo mayor que...