📚Capítulo 63📚

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Salí de la universidad con una energía contagiosa, sintiéndome pleno después de una clase que, para variar, había resultado interesante. El sol de la tarde acariciaba las fachadas de los edificios, y el aire fresco me llenaba los pulmones. Tenía un mensaje de Fyodor en el teléfono, algo breve, como siempre, pero suficiente para sacarme una sonrisa: "Nos vemos pronto. Estoy en casa". Me dirigía hacia él, ansioso por pasar otro día entero juntos, pero justo cuando cruzaba la esquina hacia la parada del tranvía, mi teléfono sonó.

—¡Hola, Alexei! —contesté, viendo su nombre en la pantalla.

—¡Nikolai! Oye, tengo una propuesta que te va a encantar —dijo con su tono habitual, despreocupado y entusiasta.

Me detuve junto a un banco mientras él continuaba:

—Este puente, quiero que nos vayamos a mi cabaña. Ya sabes, desconectar un poco. Estoy reuniendo al grupo: Chuuya, Dazai, Sigma, incluso Akutagawa y Atsushi. ¡Va a ser genial! Y, por supuesto, Fyodor también está invitado.

—¿Tu cabaña? —repetí, tratando de procesar la idea.

—¡Sí! Es un lugar perfecto, tranquilo, rodeado de naturaleza. Podremos relajarnos, jugar, beber un poco, ya sabes. Dile a Fyodor que venga. Será divertido.

La idea me pareció estupenda. Unos días fuera con amigos sonaba justo como lo que necesitaba. Pensar en Fyodor integrándose más con mi círculo también me alegró.

—¡Por supuesto que sí! —respondí. —Voy a contárselo a Fyodor en cuanto lo vea. Seguro que dice que sí.

—Perfecto. Entonces, ya está decidido. Te paso los detalles más tarde. Nos vemos, Kolya.

Colgué la llamada, sintiéndome todavía más animado. Apuré el paso hacia casa, pensando en lo bien que lo pasaríamos todos juntos. Cuando llegué, Fyodor me esperaba sentado en el sofá, con un libro en las manos. Al verme, cerró el volumen y me regaló una sonrisa cálida, aunque sus ojos, como siempre, guardaban esa calma insondable.

—Estás de buen humor —comentó mientras dejaba el libro a un lado.

Me dejé caer a su lado y apoyé la cabeza en su hombro.

—Alexei me ha invitado a una cabaña este puente. Bueno, nos ha invitado a los dos. Va a estar todo el grupo: Chuuya, Dazai, Sigma, incluso Akutagawa y Atsushi. Será divertido.

Fyodor se tensó ligeramente bajo mi peso, pero no dijo nada al principio. Luego, con un tono medido, respondió:

—¿Este puente? ¿Cuántos días exactamente?

—Tres —dije, alzando la cabeza para mirarlo. —Podrías tomarte un descanso del trabajo. Nos vendrá bien a ambos. Desconectar, divertirnos un poco.

Fyodor desvió la mirada, su expresión se enfrió apenas perceptiblemente.

—No estoy seguro de que sea buena idea.

—¿Por qué no? —pregunté, sorprendido. —Será agradable estar con los demás, respirar aire fresco, pasar tiempo juntos.

—No dudo que sea agradable —respondió, su tono ligeramente más bajo. —Pero no sé si quiero pasar tres días enteros en una cabaña con tus amigos.

Me incorporé del todo, tratando de entender por qué estaba tan reacio. Su negativa me desanimó.

—Fyodor, no es como si fueran desconocidos para ti. Ya has hablado con ellos antes. Además, estaré yo contigo todo el tiempo. No tienes que preocuparte.

—No es cuestión de preocuparme —dijo, y ahora sí me miró directamente, sus ojos fijos en los míos. —Simplemente no estoy seguro de que sea algo que disfrute.

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