📚Capítulo 33📚

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Era lunes, lo que siempre significaba el comienzo de una semana más de rutina. Pero hoy, algo se sentía extraño. No tenía clases con Fyodor, lo cual normalmente no me molestaría, pero en este momento, parecía lo único que podía hacer que las horas pasaran más rápido. Pasar dos horas completas sin nada que hacer, solo mirando el reloj, esperando que el tiempo avanzara sin necesidad de que yo hiciera nada por cambiarlo.

Estaba en mi habitación antes de salir, y me costaba concentrarme en lo que sea que estuviera haciendo. Las notas del último trabajo parecían bailar frente a mis ojos, pero mi mente no podía evitar irse a otro lugar. Fyodor, la pelea, el frío que había sentido la noche anterior, la borrachera que se me subió a la cabeza mientras discutía con él. Todo parecía volver una y otra vez como un eco que retumbaba en mi pecho. Intenté concentrarme en lo que tenía que hacer, pero al final, mis pensamientos seguían volviendo a esa última conversación. Las palabras de Fyodor resonaban en mi cabeza, su acusación, sus sospechas. Y lo peor de todo era que yo no podía hacer nada por calmar las cosas, por arreglar lo que se había roto entre nosotros.

Así que cuando finalmente salí de casa, me di cuenta de que no tenía ganas de nada. El día se presentaba largo y aburrido. La universidad me resultaba un panorama vacío y distante. No tenía clases con Fyodor hoy, ni nada que me hiciera sentir que podía escapar de la pesadez de mis pensamientos. Todo parecía más pesado que de costumbre, y al caminar por los pasillos del conservatorio, me sentí aún más desconectado de todo a mi alrededor. La gente, los murmullos, las conversaciones de fondo, todo eso parecía ir y venir sin que realmente me importara.

Las dos primeras horas pasaron como un borroso sueño. Me senté en la última fila de la clase de historia de la música, como siempre, dejando que los minutos se alargaran de una manera insoportable. 

No podía concentrarme en lo que decía el profesor. Todo parecía irrelevante. Los otros estudiantes estaban absortos en la materia, tomando notas, haciendo preguntas. Pero yo solo estaba allí, mirando al frente sin realmente escuchar. La mente me seguía llevando de vuelta a esa noche, a esa discusión que aún me dolía más de lo que había querido admitir. 

¿Por qué había tenido que ser tan tenso? ¿Por qué había tenido que llegar a ese punto? Pero más que nada, me preguntaba si en algún momento, Fyodor sería capaz de perdonarme por todo lo que había dicho, por todo lo que había hecho.

El timbre sonó al fin, y me levanté de la silla como si hubiera estado esperando que lo hiciera. Me dirigí a mi siguiente clase sin mucho entusiasmo. Pero en el pasillo, me encontré con algo que no esperaba: Fyodor estaba allí, hablando con Karma. 

A pesar de todo lo que había pasado entre nosotros, no pude evitar que una oleada de irritación me recorriera al verlos juntos. Fyodor sonreía, esa sonrisa fría que siempre tenía, mientras Karma lo miraba con esa actitud arrogante de siempre. El simple hecho de verlos a los dos hablando hizo que mi estómago se revolviera. Era como si todo lo que había sucedido la noche del sábado se concentrara en ese momento, como si todo el enojo, la frustración, la confusión, se mezclaran en mi pecho de forma inmediata.

Sus miradas se cruzaron con la mía, y la reacción fue inmediata. Yo resoplé y puse los ojos en blanco, tratando de ignorarlos lo más que pude. ¿Qué esperaba de mí? ¿Que sonriera?, ¿Que  olvidara todo lo que había pasado y actuara como si no hubiera nada entre nosotros? No podía, no podía hacer eso. 

Así que solo los ignoré mientras seguía caminando, sintiendo la mirada de Fyodor clavada en mi espalda. No me importaba. O eso me traté de convencer 

Entré a mi siguiente clase, una prueba escrita que siempre terminaba siendo más difícil de lo que había anticipado. Sabía que debería haber estudiado más, pero lo único que había hecho durante el fin de semana era intentar calmar mi cabeza. Aun así, me las arreglé para completar la prueba, no con facilidad, pero sí con la suficiente determinación para no dejar que la ansiedad me consumiera. 

📚░B░a░j░o░ ░l░a░ ░s░o░m░b░r░a░ ░d░e░ ░l░a░ ░r░a░z░ó░n░📚Donde viven las historias. Descúbrelo ahora