Los Secretos de Dumbledore

Capitulo 7.1

Albus se sentó detrás de su escritorio, mirando con un semblante serio al estudiante que estaba de pie frente a él con la manos juntas bajo su abdome, jugando inquietocon sus dedos. Era pequeño y regordete. Quizá menos ágil que sus compañeros de travesuras, debido a que había sido el único capturado en la escena. Sus ojos pequeños como aceitunas en aquel pálido rostro lo miraban asustado y a la vez divertido.

— Peter, tengo que hablar contigo sobre tu comportamiento— le dijo Dumbledore. — He recibido varias quejas sobre tus travesuras y falta de disciplina en clase. Me imagino que lo de hoy no lo has iniciado solo, ¿o si? — interrogó Dumbledore. Esperaba poder conversar con el muchacho, pero este parecía mojarse de la situación.

El chico se encogió de hombros, con una sonrisa insolente.
—No sé de qué habla, profesor.

Dumbledore suspiró, sabiendo que Pettigrew era un estudiante problemático, pero aún así esperaba que el chico demostrara otra actitud. —Peter, tienes un gran potencial, pero tu falta de enfoque y responsabilidad te está impidiendo alcanzarlo.

Peter sonrió — ¿De verdad eso piensa? Yo no soy como James, Sirius y Remus. No soy un 'héroe. No soy la versión que plantea de mí.

Decepcionado, Dumbledore se inclinó hacia adelante, con una mirada intensa para mirarlo fijamente.

— Peter, no te compares con otros. Tienes tus propias fortalezas y debilidades. Lo que importa es que encuentres tu propio camino y lo sigas con integridad.

Pettigrew bajó la mirada. No era lo suficientemente valiente para admitir su error.
— No entiendo por qué me está diciendo esto, profesor. — le dijo confundido.

Dumbledore se recostó en su silla, con una expresión triste.
—Peter, tengo miedo de que estés siguiendo un camino peligroso. La envidia y la resentimiento pueden consumirte si no tienes cuidado..

Pettigrew levantó la mirada furioso. Sus palabras lo habían desorientado.

— ¿Envidia? ¿Envidia de quienes o qué? — reclamó. Pero Dumbledore aún lo miraba sereno comprobando lo susceptible que era frente a algo tan personal. — No se preocupe por mí, profesor. Estoy bien — dijo luego tratando de calmarse.

Dumbledore lo miró con una mezcla de tristeza y preocupación. Sabía que Pettigrew estaba en peligro de perderse en la oscuridad, y no sabía cómo ayudarlo. Mientras Pettigrew salía del despacho, Dumbledore se preguntó si había hecho lo suficiente para ayudarlo. Seguramente solo el tiempo diría si Pettigrew encontraría su camino hacia la luz o se perdería en la oscuridad