Agarré mi cabeza, me había golpeada fuertemente con el suelo. Aún con la mano en mi cabeza me estiré forzadamente para ponerme de pie.
- ¡Seguridad! ¡Seguridad! -chilló el chico moreno que aún seguía en el suelo.
- ¡No, no, no! -chillé yo ayudando al chico a levantarse, que ante mi tacto intentaba escaparse.
- ¿Otra fan loca? -gritó de vuelta sacudiéndose la ropa. -¡Maldita sea, qué basura de seguridad es esa! -su tono enfurecido hizo que frunciera el ceño.
- No, no soy una fan. -expliqué molesta ante su actitud. ¿Así trataba a las fans? Agh, niñato engreído.
- ¿Y quién eres, entonces? -preguntó de nuevo la voz que provenía del final del autobús. Sonaron unos pasos lentos e indecisos, hasta que pude ver a un chico rubio de ojos azules.
- Uhm...eh... -y como era de esperar, ocurrió. Mi costumbre de actuar antes de pensar las cosas siempre traían consecuencias, pero no hasta el punto de me arrestarán por colarme en el bus de una boyband famosa.
Los ojos de ambos chicos se clavaron en mí, esperando una respuesta clara y convincente que no les empujara a sacarme de patadas de su autobús. Oh, dios mío, ¿en serio pensé que esto sería fácil?
Tenía razón Adam, simplemente no podía llegar y soltar: 'Eh, Liam Payne, ¿me recuerdas? Soy tu amiga de la infancia, hazme hijos'. Y si lo hiciera me ganaría una denuncia por acoso sexual.
- ¿Hola? -la mano del moreno se movió delante de mis ojos haciendo que volviese al mundo real. Mierda, estaba jodida.
- Oh no... -susurró. -Como esta sea otra broma de Louis le mataré. -gruñó el rubio rodando los ojos. -Lo siento, de verdad, no hemos contratado sus servicios y no queremos hacerle perder su valioso tiempo, señorita, debe de ser muy reclamada. -dijo con una media sonrisa mirándome el cuerpo. -¿Cuánto le debo? -mis labios se entreabrieron debido a la indignación. ¿Había entendido mal o me había llamado prostituta?
- ¡No soy prostituta! -grité enfurecida mirando al rubio y al moreno respectivamente.
- ¿Streaper? -inquirió el moreno confuso.
- ¡Soy amiga de Liam! -chillé con el ceño fruncido. Ambos se miraron y luego sonrieron de medio lado asintiendo. -No esa clase de amiga. -expliqué. Maldita sea, los hombres son tan simples y predecibles.
- ¿Sabes cuantas fans utilizan esa excusa para colarse en la cama de alguno de los cinco? -preguntó el moreno comprensivo. -No podemos acostarnos con todas las fans, y mucho menos cuando somos más mayores que ellas. -torció la boca y me miró con lástima.
Aguanté mis ganas de pegarle un puñetazo, ya que si me desahogaba tendría un cargo más en mi contra.
- No quiero sexo con ninguno, y mucho menos soy fan. -contesté ya enfadada mirando a ambos.
- ¿Quién eres entonces? -preguntó el rubio del que aún desconocía su nombre, al igual que el del moreno.
Me mordí el labio inferior pensando algo más, la excusa de la amiga de Liam no había funcionado, sin duda. Recordé la escena que el seguridad me montó en las verjas del aparcamiento, y sonreí. -Soy la traductora. -contesté con la voz firme. -Os acompañaré en la etapa en la que pasáis por los países hispanohablantes.
Los dos chicos asintieron poco convencidos, una convicción que se esfumó cuando la manada de guardias de seguridad, rabiosos y violentos, comenzó a golpear los cristales blindados de la puerta del autobús.
- ¿Así que traductora, eh? -rió el rubio. -Vamos abre las puertas. -pidió. Mi cuerpo seguía delante de los infinitos botones que el autobús tenía. ¿Estaban locos? Sabía perfectamente que en algún momento las puertas serían abiertas, ya fuera a golpes o por voluntad propia, pero antes de que me sacaran arrestada y a patadas del autobús de la banda, quería dejar claro que no era una loca que quería secuestrarlos y convertirlos en mis juguetes sexuales. Sólo quería tener un hijo de Liam.
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>>Promise<< |LP| #WATAwards
Humor¿A cuánto estarías dispuesta a hacer por una promesa?