#31.4

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La vista de Londres que tenía desde el acantilado no era para nada fea, incluso había comenzado a amar la ciudad después de revivir tantos recuerdos, aún así, hubiera deseado que el clima no fuese tan frío.

Las luces de la ciudad se habían ido encendiendo poco a poco y yo había sido cómplice de aquello. Había presenciado cada cambio de color que había en el cielo, y cómo, a medida que pasaban los minutos, la luz del sol se hacía más tenue, dejando que la luna y las estrellas tuvieran más protagonismo.

Había estornudado varias veces, y sabía al día siguiente estaría con la nariz roja y una caja de pañuelos desechables a mi lado. Pero no le daba la menor importancia.

Mi móvil había sonado un par de veces, pero no habían insistido mucho más al percatarse de que por mucho que llamasen, no lo cogería.

La primera hora y media sola en aquel lugar, me había hecho odiar a Harry, no me cogía el móvil y no podía llamar a nadie más puesto que él era el único que conocía este lugar, o al menos eso es lo que creo.

Tras varias malas palabras hacia el chico de rizos, ahora sólo le podía agradecer que me hubiera dejado en aquel lugar aislado del mundo.

* —Buenos día allí y buenas noches aquí.. —fuerzo la sonrisa y Liam ni si quiera lo intenta, hace una mueca y levanta la mano.

— Te echo de menos. Te extraño, no sé qué hago aquí, todo me resulta raro sin ti. Aún sigo guardándote el sitio en cada clase, pensando que tan sólo te quedaste dormida y vendrás unos minutos tarde, pero no es así. Vives a miles de kilómetros de mí y no me acostumbro a que nuestro día de películas tenga que ser a través de una maldita pantalla. —siento como mi corazón se rompe y las lágrimas amenazan con salir de mis ojos. —No quiero que finjamos estar dos centímetros el uno del otro porque sé que no es verdad. Necesito abrazarte, hacerte pedorretas, hacerte un sándwich asqueroso y que terminemos pidiendo una pizza, que te quejes porque no dejo de babearte la cara...te necesito a mi lado, Bunny. —muerde su labio inferior y chasca la lengua.

— Liam... —comienzo, pero él hace un ruido con la boca y sacude la cabeza.

— Tan sólo necesitaba desahogarme, Alexia. —dice él respirando hondo. —Iba a explotar si no te lo decía. —sonríe de medio lado y toco la pantalla.

— Yo también te echo de menos Leeyum. —susurro sorbiendo la nariz.

— Algún día iré a Australia y te buscaré. Cuando te encuentre no te dejaré ir. *

Sonrío ante el recuerdo. ¿Quién me iba a decir que una semana después sería la última vez que hablaría con él? ¿Qué tras dos meses sin saber absolutamente nada de su vida, saldría en el programa que tanto deseaba y se convertiría en lo que siempre soñó?

El sonido de un claxon hace que de un bote y el corazón se me acelere, miro a mis espaldas y tuerzo mi boca. —¿Cuánto tiempo llevas ahí? Sube al coche, cogerás frío. —me levanto del suelo sin contestar y camino hasta el asiento de copiloto.

— ¿Cómo supiste que estaba aquí? —pregunto abrochándome el cinturón y frotando mis manos que comenzaban a doler del frío.

— Harry me dijo que viniese a su lugar, pensé que me esperaba él. —se encoge de hombros y me dedica una mirada rápida.

— Me dejó tirada hace unas horas. —susurro mirando cómo, de nuevo, todo parecía moverse.

Miro de reojo cómo Liam enciende la calefacción, y tras unos segundos, comienzo a notar el aire caliente salir de los conductos de la guantera. Tomo aire y continúo mirando por la ventana, esta vez notan cómo el calor comenzaba a calentar mis congeladas manos.

>>Promise<< |LP| #WATAwardsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora