El sonido de un nuevo mensaje en el teléfono móvil de mi novio, hace que me revuelva entre las sábanas frustrada. Liam gira su cuerpo para alcanzar de la mesita de noche el insistente sonido y vuelvo a revolverme, intentando encontrar el calor que mi cuerpo había perdido cuando el brazo de Liam se despegó de mi espalda.
— Dile a ese maldito irlandés que le cortaré las pelotas la próxima vez que te envíe un mensaje estado conmigo. —gruño abriendo los ojos y apoyando mi barbilla en su pecho.
Liam sonríe de medio lado y desbloquea el móvil, poniendo una cara de confusión al mirar la pantalla. —No es Niall, es un número desconocido. —dice finalmente, incorporándose en la cama. Hago lo mismo y le miro fijamente con el ceño fruncido.
Finalmente, Liam sacude la cabeza con cara de pocos amigos y deja caer el móvil entre las revueltas sábanas. Chasca la lengua y deja salir un suspiro de molestia. —¿Sabes lo que odio de mi vida? —pregunta rodando los ojos. —Que sea pública. Que el mundo pueda opinar sobre mis relaciones y saquen defectos o mentiras para mandarlo todo a la mismísima mierda. —escupe. —Eso odio.
Se levanta de la cama y yo sigo su cuerpo desnudo hasta la cómoda, donde agarra los bóxers y se los pone enfadado mientras continúa susurrando cosas para mí inaudibles.
— No hagas caso a las críticas, Li. —digo torciendo una sonrisa. —A veces tienes que dejar de lado el bienestar del mundo para centrarte en el tuyo propio. —me levanto de la cama y él se apoya en la pared, negando con la cabeza.
— ¿Cómo quieres que me centre en mí mismo, Alexia? —pregunta frustrado, apoyando la cabeza en el marco de la puerta para mirar hacia el techo. —No puedo.
Me acerco hasta su cuerpo y aprieto sus mejillas con mis manos, guiando su cara hacia mí. —Bien, no lo hagas. —susurro mirándole a los ojos. —No te centres en ti: céntrate en mí.
Él deja salir una ligera carcajada y me besa rápidamente. —Siento haberte estropeado la mañana, bebé. —susurra peinando con sus manos mi pelo. —La fama es una basura. —dice rodando los ojos. —Te amo.
— Yo te amo más. —digo obvia. —Ni siquiera sé que ha sido lo que te ha puesto de tan mal humor. —me encojo de hombros. —Es tu último día aquí y quiero que lo recuerdes.
Por supuesto que lo iba a recordar.
Liam hace un gesto mirando el móvil, tirado sobre las sábanas. —Míralo tú misma. La gente no sabe qué inventar.
Frunzo el ceño y camino hasta la cama. Mis manos rodean el Smartphone y miro la pantalla fijamente, notando un vuelco en el corazón y un tsunami de culpabilidad en mi estómago. Comienzo a sentir calor y un insoportable mareo me invade cuando leo de nuevo el mensaje, intentando cambiar con la mente aquellas palabras:
"¿La dejaste ya embarazada? Porque es eso lo único que quiere, por eso te buscó tras tantos años. Ponte protección, Payne, ella sólo te quiere para la manutención del bebé y las programas de televisión"
Dejo caer el móvil de nuevo en las sábanas y tomo una bocanada de aire cuando me siento de golpe en la cama, sintiéndome derrotada y una auténtica basura. ¿Cómo explicarle a Liam que el 50% d ese mensaje era realidad? ¿Quién diablos había mandado aquello? ¿Cómo se habrían enterado?
— La gente tiene la vida muy vacía, amor. —dice, sonado comprensivo e intentando consolarme. —Tú no eres una zorra, sé que me amas. —le amo, más que a nada, pero si me sentía una zorra. —No eres como las demás. Nuestro reencuentro fue producto de la casualidad.
Respiro hondo y le miro fijamente a los ojos, sintiéndome peor de lo que estaba al notar su mirada totalmente enamorada de la mía. —Estoy completamente enamorada de ti, te lo juro. —Liam encara una ceja confuso y pone una mueca extraña. —Pero nuestro reencuentro no fue casual, yo te busqué.
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>>Promise<< |LP| #WATAwards
Humor¿A cuánto estarías dispuesta a hacer por una promesa?