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Bufé de nuevo mientras me levantaba del suelo. No había rastro de mi móvil por ninguna parte de la habitación y comenzaba a desesperarme.

- ¡No está! –grité, arrepintiéndome al instante al sentir que mi cabeza estallaría.

- No has buscado bien, Alexia. –Bella me miró tranquila mientras empujaba las sábanas lejos de sus piernas. -¿Por qué no vacías otra vez el bolso? –me miró con el ceño fruncido y rodeé los ojos.

- Volqué el maldito bolso tres veces, Bella, no está. –me senté en los pies de la cama y resoplé varias veces.

- Prueba a llamarlo. –torció su boca. –Quizá se cayó en algún lado de la habitación y al sonar, podremos saber dónde está. –me encogí de hombros agarrando de la mesita de noche el móvil de Bella.

Marqué mi número y esperé a que sonara por alguna parte de la estancia, pero nada. Sonaban los pitidos, lo que me indicaba que podría haberlo puesto en silencio, maldita sea.

- Nada. –finalicé la llamada y la morena me miró.

- Pero...¿no se cortaba la llamada? –preguntó extrañada mientras cogía de nuevo su teléfono y volvía a marcar. –Eso significa que no te lo han robado. Algo es algo, Alexia. –se encogió de hombros y volvió a acercar el teléfono a su oreja, negando con la cabeza segundos después.

- Adam estará preocupado. –protesté levantándome de la cama y caminando hasta mi habitación para volver a rebuscar entre mis cosas.

- Puedes llamarle desde mi móvil. –asentí lentamente, seguía intentando hacer memoria de dónde había dejado el maldito teléfono, pero entre el dolor de cabeza que me dejó el concierto y las emociones encontradas de ayer, era incapaz de recordar nada.

- ¿Tienes hambre? –preguntó mi amiga desde la otra parte de la estancia, a grito pelado. Apreté la mandíbula molesta mientras sujetaba mi cabeza. Nunca jamás volvería a un concierto de este grupo, nunca.

- Sí, bajemos a desayunar. –gruñí caminando hasta la puerta y esperando a Bella que caminaba mientras se colocaba la camiseta con los característicos tatuajes de Harry Styles.

Sonrió y me miró divertida. -¿A que mola? Me lo regaló Adam mi último cumpleaños. –se encogió de hombros y empezamos a caminar hasta el ascensor.

- Tendré que hablar con él. –reí. -¿Cuándo madurarás? –pregunté pulsando el botón del ascensor y recalándome sobre la pared. –Ya no eres una cría para andar como una adolescente hormonada detrás de cinco chicos. –rodeé los ojos y la mirada de Bella se posó en mí molesta.

- No es cuestión de madurar, Alexia. Cada quién con sus gustos...además, ¿qué me dices de los Beatles? ¿O de los Rolling Stone? Ellos también tenían fans de diversas edades. –se defendió haciendo que soltara una pequeña carcajada.

- Ellos no son Los Beatles o los Rolling Stone. –informé mirándola de reojo mientras entrábamos al ascensor, ocupado por una pareja y un niño de corta edad.

- No pagues tu dolor de cabeza conmigo, Alexia. –advirtió molesta mientras me miraba muy seriamente. -¿Qué te ha pasado? Ayer por la mañana tenías el mismo entusiasmo que yo en ir al concierto, y ahora ni si quiera los respetas. –resoplé optando por callarme, lo menos que necesitaba en aquellos momentos era un discurso de fangirl dolida.

Caminamos en silencio hasta el comedor y continué pensando donde diablos podía estar mi teléfono móvil. No tenía grandes datos en él, pero me había costado un par de meses de duro trabajo para poder pagármelo.

Nos sentamos cerca de la puerta, Bella continuaba casi sin mirarme. Parecía que realmente le había molestado mi comentario sobre el grupo, pero no podía tener opiniones buenas después de lo ocurrido. Apoyé mis codos en la mesa esperando a que Bella llegase con su comida para poder ir a por la mía.

>>Promise<< |LP| #WATAwardsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora