- No puedes hacer eso. -replica Bella, notablemente molesta. - Estoy convaleciente.
- Sí, sí que puedo, porque ya lo he hecho. Y no te hagas la enferma, hablé con el doctor y dijo que estabas en perfectas condiciones de tomar el vuelo, sólo que haciendo escala en más lugares. -explico, caminando por el centro de Londres, cosa que realmente odiaba, pero Bella nunca lo había visto.
- ¡Alexia! -eleva la voz parándose en plena calle y mirándome mucho más molesta que las veces anteriores. -¡Basta ya! No eres mi madre, ni mi hermana, ni nada por el estilo que pueda decidir por mí. Soy mayor de edad y tú, no tienes la autoridad de obligarme a hacer lo que no quiera. -su tono suena más chillón que de costumbre, y la vena de su frente se hincha levemente, pero lo suficiente para hacerme saber que está enfadada.
- Vamos, Bella. Tienes que entenderme, si fueras una buena amiga me darías la razón. -esta vez soy yo la que se para y me cruzo de brazos. -No quiero seguir aquí, necesito volver a casa y arreglar las cosas con Adam. -explico por enésima vez.
- ¿Y esa es la razón por la cual me arrastras contigo? -pregunta ella, sonando sarcástica. -Y te equivoca si piensas que una buena amiga te daría la razón, porque, precisamente, lo que haría sería decirte las cosas que haces bien, pero también las haces mal, y eso es justo lo que estoy haciendo ahora. -sus ojos se clavan en los míos, sus cejas casi se juntan y los orificios de su nariz están ensanchados. -Tratas a Liam como si fuera la peor persona del mundo, pero ni si quiera has sido capaz de sentarte con él a hablar sobre qué es lo que ocurre y explicaros lo que siente cada uno. -rodea los ojos y bufa.
- No empieces tú también con eso, Isabella. -digo cansada. -Si quieres coger el avión, hazlo. Si no quieres, no lo hagas, pero no vas a impedir que yo lo haga. -digo finalmente y, bajo mi punta de vista, había cedido bastante.
- Eso es exactamente lo que voy a hacer, devolver mi billete. Llevo años ahorrando para visitar Londres y muchos más soñando con conocer a los chicos, y siento decirte que por tu cabezonería no voy a renunciar a lo que siempre he querido, tú decides. -asiento molesta ante sus palabras y me cruzo de brazos.
- ¿Te quedas con ellos? -pregunto, casi afirmándolo, pero no remuevo su conciencia. Asiente decidida y adopta mi misma posición.
- Sí. Y no quiero que pienses que estoy eligiendo, yo te he entendido en la medida que creo oportuna, y creo que tú deberías de hacer lo mismo. -contesta con una madurez que en mi vida había visto en ella.
- Está bien, haz lo que creas conveniente. Quédate con tus nuevos amigos, y pásalo muy bien. -gruño caminando dirección a la parada del autobús que nos dejó al principio de la calle.
Puedo ver, por el rabillo del ojo, que Bella continúa su camino. Esta vez si que estaba enfadada. Según ella me estaba comportando como una niña infantil y testaruda, cosa que no suelo ser. Por norma general, escucho las opiniones ajenas e intento entenderlas y en base a ellas, amoldar la mía y la suya hasta encontrar un equilibrio entre ambas. Eso es lo que provoca vivir con un psicólogo, el entendimiento de cualquier versión. Pero por lo visto, o bajo el punto de vista de Bella, no me estaba comportando coherentemente. ¿Bromeaba? ¿No me entendía? No estaba a gusto aquí y eso se notaba a distancia. No era yo la mala y eso es algo que debería de ver.
Ruedo los ojos y espero en la parada del autobús. Automáticamente, por mi mente comienzan a pasar los mensajes que Frenchy me había mandado hace una hora.
No había contestad a su mensaje, cosa que, ahora que lo pensaba, podría haber supuesto como una afirmación a una relación inexistente entre Liam y yo, pero simplemente me había quedado petrificada.
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>>Promise<< |LP| #WATAwards
Humor¿A cuánto estarías dispuesta a hacer por una promesa?