#15

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El sonido de la llave de la ducha cerrándose hace queme sobre salte y gire mi cuerpo, enrollándome con la sábana.

Gruño frotando mi sien y abro lentamente los ojos mirando el reloj digital que reposa en la mesa de luz del lado derecho. Ocho y media de la mañana.

Liam había apagado la luz entorno a las cinco pero después de todo lo ocurrido no había sido capaz de conciliar el sueño hasta pasadas las seis. ¿Qué bicho le había picado a Liam? ¿A qué diablos jugaba? Si pensaba que su juego estúpido e infantil sería divertido está muy equivocado.

- Harry dice que se le está empezando a pasar el efecto de la anestesia. –la voz adormilada y profunda de Liam resuena en mis oídos y cierro los ojos fuertemente al sentir un pinchazo en la cabeza. –Deberíamos de ir ya.

- Sé lo que debo de hacer, Liam. –murmuro molesta y levantándome de la cama.

Miro mi reflejo en el cristal del baño, ya que Liam ha dejado la puerta abierta. Decir que estoy hecha un desastre es poco. Mi pelo está hecho una maraña de nidos que difícilmente podré desenredar ya que olvidé recogérmelo antes de ir a dormir, la ropa que había utilizado durante todo el día de ayer, estaba tan arrugada que parecía que había estado sin planchar durante años, por no hablar de las enormes ojeras que perfilaban mis ojos. Definitivamente necesitaba con urgencia que aquel apestoso viaje finalizara cuanto antes.

- ¿Puedo ducharme? –pregunté sin mirar a Liam e intentando alisar mi ropa con las ambas manos.

- No era necesario que lo preguntaras. –contesta él caminando hacia una de las cómodas de madera oscura y abriendo un cajón. –Pontes esto. –lanza un pantalón y una sudadera a la cama y devuelve la mirada al cajón.

Observo la ropa que ha tirado hacia la cama y rodeo los ojos. –Gracias, pero no es necesari..

Me interrumpe de un gruñido y se da la vuelta con los brazos cruzados. –Póntelo, ¿quieres? No creo que sea cómodo andar con la ropa hecha un desastre. –sus ojos fijos en los míos hace que le quite la mirada y agarre la ropa que ha dejado sobre las sábanas.

Me adentro en el baño y aprieto mis puños hasta que quedan totalmente blancos. No era capaz de entender cómo semejante estúpido tuviera enamorada a la mitad de la población femenina del mundo y un cuarto de la masculina. Era muy fácil verle a través de una pantalla o en un concierto, siendo tan simpático y divertido como suele ser, pero se alejaba mucho de ser lo que parecía. Al menos bajo mi percepción, si no, ¿por qué actúa de esa manera tan...patética? Necesitaba saber a que jugaba.

Y lo descubriría, Payne.

Me di una ducha rápida y me coloqué la ropa que me había puesto, había intentado evadirme de los pensamientos que tenía contra Liam, Bella era mucho más importante que él y sin duda necesitaba verla cuanto antes. Lo mejor para ella sería regresar a casa, donde podría estar tranquila y a gusto con su familia, lo mejor para mí.

Mis ojos casi se salen de sus órbitas cuando, con la intención de arreglarme el pelo, veo en el reflejo mi ropa.

Abro la puerta furiosa y veo cómo Liam se está colocando un jersey de lana gris. -¿Qué mierda es esto, Liam? –pregunto señalando la sudadera.

Liam rueda los ojos y continúa colocándose el jersey. -¡Mírame! –exijo caminando hacia él y elevando su mentón hacia mí. -¿Qué mierda pretendes? ¡Porque no es divertido! –grito rabiosa mientras tiro de la sudadera para sacármela de los brazos.

Liam vuelve a colocar la sudadera roja sobre mis hombros y suspira. – No pretendo nada. Diablos, ¿qué querías? ¿Qué te diera una que utilizo ahora? ¡Te llegaría a los tobillos! –le miro con el ceño fruncido y dejo salir un soplido cansado.

>>Promise<< |LP| #WATAwardsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora