Capítulo 25

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Estoy tan pendiente de Holly que voy asimilando que estoy enamorado de ella, pasó un mes y medio de todo, y cada vez la necesito más.
No descuidé la universidad, es más, creo que me está empezando a gustar todo esto.

Era viernes por la noche e invité a Holly a que venga a cenar a mi casa, no la presentaré como novia aunque mi madre era muy astuta y había descifrado que me gustaba.
Mi madre la primera vez que la vio fue cuando Ryan estuvo en el hospital y quedó encantada. De hecho, nunca había traído una tía, la única que vio fue a Alessa y fue por voluntad de ella porque no eramos absolutamente nada. De todas formas, mi madre la odia.

—¡Ay hijo! —exclamó nerviosa— ¿Le gustará la comida que hice? Porque realmente no sé que come ella.

Reí por su nerviosismo, me lo ha preguntando tres veces ya. —Si mamá, ella me dijo que le gusta la pasta. Además, ¿a quien no le gusta?

Mamá mordió su labio inferior pensando. —Juro que voy a tratar de ser lo más agradable que se puede.

Volví a reír, me encanta el esfuerzo que está haciendo. —Mamá aún no es mi novia, es una amiga. No tienes de qué preocuparte, aunque ella está igual.

—Cállate, sé perfectamente que no es una amiga porque si lo fueran no estarían besuqueándose.

Abrí mi boca sorprendido porque realmente no lo esperaba. Seguramente estaba rojo de la vergüenza.

—¿Ella está nerviosa? —preguntó siguiéndome hasta la sala de estar.

—Mmh...—asentí, mientras desbloqueaba mi móvil.

—¿Tu crees que... —estaba preguntando pero fue interrumpida por el timbre, chilló y corrió hacia la puerta. Reí mientras negaba. —¡Hola Holly! -dijo con felicidad.

—¿Como está, Pattie? —escuché su voz preguntar, todavía seguía sin poder verla.

—Muy bien, pasa por favor.

Los pasos se escucharon en la sala de estar y nos encontramos, me sonrió y caminó hacia mí para saludarme. Besó mi mejilla sabiendo que mi madre estaba detrás de ella y porque soy un maldito gilipollas agarré su cara y le di un beso corto.
Las mejillas de Holly eran rojas y reí sabiendo que cuando estemos solos ella me diría un montón de insultos.

Mi madre sonrió a más no poder y desapareció para servir la comida.

—Te. Voy. A. Matar. —dijo en susurro.

—¿Qué, Hall? —grité.

—Bastardo.

Reí y ma abracé en su contra. La guíe hacia donde comeremos e hice que se sentara, obviamente, quiso ayudar pero ambos le negamos.

—¿Cuantos años tienes? —preguntó mi madre sonriendo. Ugh.

—Diecisiete. —respondió riendo al escucharme gruñir.

—Vaya Justin, ten cuidado. —me guiñó el ojo riendo junto a Holly.

—¡Mamá!

—¿Qué? —preguntó desentendida—. Cuentame de ti, Holly.

—No hay mucho que saber. Me gusta viajar, y con respecto a mi familia soy hija única.

—¿Tus padres a que se dedican? —preguntó sonriente, rodé los ojos.

—Mi padre es profesor de química, biología y ciencias de la tierra, mi madre trabaja en una oficina de moda.

—¿En serio? —volvió a preguntar asombrada. Holly asintió riendo—. ¡Tu Justin que te va mal en química!

Holly ➳ jbDonde viven las historias. Descúbrelo ahora