Holly ➳ jb

Capítulo 63

Su boca se movió hacia mi cuello mientras que con un movimiento ligero se frotó sobre mí. Suspiré disfrutando este momento.

Hasta que recordé a sus padres y lo horrible que sería que nos vieran en una situación tan vulnerable.

-¿Tus padres a que hora vuelven?

Hall dejó de besar mi cuello y sonrió burlona. -¿Te da miedo?

-Tu padre siempre me dio miedo.

Si bien, él me había incitado a venir aquí pero nunca me remarcó a que hora ellos vendrían.

-A las seis, máximo siete. Ahora relajate, niña.

Reí y la besé de nuevo. El beso era desesperado y nuestras respiraciones agitadas chocaban en los momentos que nos separábamos.

-Vamos a tu habitación. -propuse, con agitación.

Ella rió y se levantó de arriba mío, sonriéndome. La miré sabiendo cuál era su causa de la risa, bufé y comencé a caminar hacia las escaleras.

Carcajeo y se arrojó sobre mí, colgando sus brazos en mi cuello.

-Eres peor que una tía.

La miré mal y seguí subiendo las escaleras con ella sujeta de mi cuello.

Caminando por el pasillo con Holly riéndose de mí hasta llegar a la puerta de su habitación... Se colocó en frente mío y me miró inocente, provocando que no dudará un segundo al besarla.

Ella, con un brazo colgado en mi cuello y con el otro estaba buscando la manija de la puerta, finalmente la abrió.

La cerré con mi pie y atraje a Hall hacia mí de su culo. Lo apreté haciendo que gima, caminamos lentamente sin dejar de besarnos hasta caer en su cama.

La miré con atención cuando me separé de ella, estaba un poco despeinada y con sus labios rojos e hinchados.

-¿Sucede algo, cariño? -preocupada, me preguntó.

Negué rápidamente y besé sus labios de manera corta. -Eres hermosa.

Ella sonrió. -Tu también lo eres.

Le sonreí y volví a besarla. Disfrutando cada minuto de este momento, estaba muy feliz de que todo entre nosotros por fin se haya arreglado.

Introdujo sus manos dentro de mi remera acariciando mi espalda, el contacto de sus manos tibias me hizo suspirar. La extrañé demasiado.

Sus piernas rodeaban mi cintura, era una manía que tuvo siempre.

-¿Sabes que te amo, verdad? -cuestionó, tomándome por sorpresa ya desde el momento que se separó de mí.

-Yo también te amo. Y lo sé, claro, aunque a veces eres rara.

Ella rió pero sabía que esto era en serio. -Lo siento, pero tengo mi manera tan jodidamente asquerosa de demostrartelo.

-Mientras me des amor Hall, yo estoy muy bien.

-En serio, te amo y mucho. No quiero separarme de ti, no de nuevo. Sufrí mucho.