Hold Tight

Capítulo 39

Estoy llegando a casa de Justin y veo su moto aparcada justo delante de la puerta. Estoy nerviosa, más que la primera vez que apareció él empapado un dia de lluvia en mi casa.

Necesito aclarar las cosas, no me siento bien conmigo misma y de verdad, quiero entender a Justin pero nosé como hacerlo, así que sin pensarlo más, toco al timbre de su casa.

Nadie me abre la puerta, cinco minutos esperando y nada, así que decido irme.

Salgo del portal de Justin y me dirigo hacia mi casa cuando unas manos conocidas me cogen del brazo. Me giro y le miro directamente a los ojos. No decimos nada pero con mi mano entrelazada con la suya, entramos en su casa. Cierra la puerta detrás de mi.

No me deja hablar, mi espalda se pega completamente con la pared y Justin pegándose a mi cuerpo, acorralándome completamente. Empieza a besarme. No es momento de que me bese, necesitamos hablar.

-Justin

-Sh porfavor..

-Basta! -Mis manos se apoyan en su pecho.- Hay que hablar las cosas Justin, no podemos hacer como si no ha pasado nada.

Suspira y camina en dirección al comedor, así que le sigo y nos sentamos los dos en su enorme comedor, es mucho más grande que el mio. Tampoco me fijo mucho en la casa porque decido prestarle toda mi ateción a él.

-He estado seis horas sentada en la puerta de mi habitación, llorando, con una sensación horrible en el pecho porque no me ha gustado nada la pelea que hemos tenido, pero aún así necesito entenderte. No puedo. -Mis ojos rojos hinchados empiezan a cristalizarse a causa de algunas lágrimas que empiezan a caer.-

-____, ya te dije que mi pasado no ha sido nada fácil, te expliqué que mi manera de desahogarme era pegándome con alguien.

-Ya, pero no entiendo porqué.

-Déjame explicarte porfavor.

Asiento

-Las peleas me calmaban, me hacian sentir que era más fuerte que mis problemas, que podía con ellos, cuando realmente lo único que hacía era evitarlos mientras le pegaba a alguien, pero por las noches, al estar sólo, volvia a tener esos problemas, incluso mucho más grandes, a tal punto, que tenía pesadillas y apenas podía dormir. Durante estas horas que he estado metido en mi casa, no he podido dejar de pensar en lo que me has dicho, en mi pasado y sobretodo en nosotros. Sé que las peleas no te gustan, a mi tampoco me gustarían si estuviera en tu situación, pero quieras o no forman parte de mi pasado. Pero también gracias a ti, desde que estoy contigo, esas pesadillas se han ido, me siento más tranquilo. Tu presencia me transmite tranquilidad y te juro que enamorarme de ti ha sido lo mejor que he podido hacer en esta vida porque la sensación que tengo dentro de mi cada vez que te veo, cuando sonríes o incluso cuando te pones nerviosa, no la cambio por nada del mundo. Sé que me va a costar dejar esto pero para mi, el mundo de las peleas, se ha terminado. Ya era hora que alguien me abriera los ojos, me hiciera darme cuenta que tengo que enfrentarme a mi pasado y disfrutar del presente, el que tengo contigo. Seguía las peleas como una rutina, antes era para enfrentarme a mi día a día, ahora eran para que tu pudieras ver que era un ganador simplemente pegándole a alguien más debil que yo, pero eso no me da ni una parte pequeña de la felicidad que me da estar en tu casa, viendo una peli, o simplemente durmiendo a tu lado. No he ido hasta tu casa otra vez porque no quería que te agobiaras, quería que pensaras bien las cosas, pero yo me estaba volviendo loco esperando que me contestaras a alguna llamada, no iba a tardar mucho más en aparecer por tu casa. Lo siento por todo lo que te he hecho pasar, pero porfavor, no vuelvas a dejarme nunca más.

-Justin, yo..

-Porfavor, no hace falta que me contestes. Sólo quería que quedase todo claro, ahora lo único que te pido es que me beses.