Justo delante hay una enorme cama de matrimonio con unas sábanas rojo carmín. Al mirar a la derecha, una enorme alfombra con una mesa de madera a juego con la cabaña. A la izquierda hay una pequeña nevera. Si caminas un poco más hacia la derecha, hay como una pequeña terraza dónde cabe una mesa y dos sillas. Es perfecta, es más grande que mi habitación, perfectamente podrían caber veinte personas aqui dentro y no agobiarse. Es como una habitación enorme.
Estoy mirando al mar desde la pequeña terraza y noto las manos de Justin en mi cintura. Me levanta, me lleva directamente a la cama y se tumba encima mio.
-Tu padre tenía razón, no podíamos juzgar este sitio sin saber que había dentro. Pero te voy a decir una cosa. Esta noche no te libras de hacerte el amor en pleno mar.
-Que dices? -Me hace callar de un beso.-
Estamos besándonos encima de la cama cuando en la puerta escucho toser a alguien.
-Ay Carlos...
-Mejor si no os dejáis la puerta abierta cuando hacéis guarradas. -Su risa contagia la de María.-
Me pongo roja como un tomate, me levanto de la cama con Justin.
-Podríamos ir a tomar algo al bar ese que hay al final de la playa. -Propone María.-
-Que bar? Yo no he visto ningun bar. -Le contesto.-
-Desde la terraza de nuestra cabaña se ve a lo lejos, pero no hay nadie, sólo el camarero que debe tener unos 40 años. Vamos?
Asiento y me voy con María hacia la cabaña dejándo atrás a Carlos y Justin solos.
-Carlos se pasó casi todo el viaje hablando de tí, quedábamos cada día y siempre me contaba lo buen amigos que sois. Al principio pensaba que le gustabas.
-Todo el mundo lo dice, pero somos amigos de hace muchísimos años y tenemos una confianza como de hermanos.
-Carlos me dijo lo mismo. -Ríe.- La verdad esque Justin y tú haceis muy buena pareja. Os conocéis también hace tantos años como Carlos y tú?
-Si te cuento como conocí a Justin, te ríes.
-Sorprendeme.
-Te lo resumo. Justin era el típico chico malo que se mete en peleas y va en moto hasta al fin del mundo y yo no quería saber nada de chicos, hasta que un día Carlos tenía una cena y yo volví sola a mi casa, encontrándome a medio camino con Justin haciéndose el chulo. Bueno, pues apartir de ese momento, nosé como, nos hicimos inseparables y bueno, una cosa llevó a la otra...
-Una historia de amor totalmente de novela eh.
-La verdad esque sí.
Las dos empezamos a reír cuando por detrás corriendo aparecen los dos y nos cojen de la mano.
-Venga, basta de charlita de chicas. -Carlos se ríe ante el comentario de Justin.-
Llegamos al pequeño bar al otro lado de la playa, es muy curioso y parece de la misma madera que las cabañas. María tenía razón, el hombre parece tener unos 40 años. Es Alto, con barba y una sonrísa realmente admirable.
-Buenas tardes chicos, que os pongo?
-Yo quiero un caipirinha. -Digo.-
-Yo otro. -Contesta Justin.-
-Yo quiero un Sex on the beach. -María mira a Carlos.- Bueno, ponme dos.
-Nunca hay nadie en esta playa? -Pregunto al camarero.-
-Esta playa es privada sólo para las personas que pagan para pasar las noches en esas dos cabañas. Sólo vengo cuando sé que hay huéspedes. Y bueno, ahora todo esto es para vosotros. No os habían informado?
-Esque mi padre nos lo ha pagado todo y ni siquiera sabíamos que dormiríamos en cabañas.
El camarero me sonríe y nos sirve las bebidas.
-Cuantos días os quedáis?
-Cuatro días. -Justin es ahora quien habla con el camarero.- Por cierto, no hace falta que te quedes los cuatro días todas las horas aquí por nosotros. Que vas a estar mucho tiempo solo.
-No te preocupes, estoy acostumbrado.
-No hombre, toma -Le entrega unos cuantos billetes.- Que haces muy buena bebida, tómate hoy el día libre. Nosotros nos llevamos la bebida a las cabañas.
-Estas seguro?
-Disfruta de un día libre.
-Pues muchísimas gracias, así podré invitar a mi nieto a merendar. De verdad te lo agradezco, bueno os lo agradezco. Muchas gracias.
Cogemos la bebida y mientras el hombre cierra el bar.
Vamos caminando por la playa cuando María interrumpe el silecio.
-Porqué así sin más le has dado dinero?
Justin no tarda en contestar.
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Hold Tight
Fiksi Penggemar''No vas a poder estar una noche más sin pensar en mi preciosa.'' Nunca imgainé que aquel susurro cambiaría tanto mi vida. Una historia reflejada personalmente en una chica con unas iniciativas muy claras que se enamora de un chico incapaz de saber...