Para felicidad de mi madre, hoy vuelo hacia París a la escuela de verano en el School ballet Ópera National de París. Es la segunda vez que asistiré y sé que si por mi madre fuera, me dejaría viviendo allí, pero para mi suerte mi padre no lo ha permitido. Y aunque sería fantástico librarme de ella, no podría dejar a Sasha sola y la extrañaría horrores.
Estoy en el Aeropuerto Internacional John F. Kennedy, documentando para poder tomar el vuelo que me llevará a París.
—¡Mila! —Alguien grita mi nombre, yo me giro pero no veo a nadie.
—¿Estás lista? —pregunta mi madre, yo solo asiento.
De repente me encuentro aprisionada entre los brazos de mis dos mejores amigas, Sarah Johnson y Olivia Smith que viajarán conmigo. Las dos son dos años mayor que yo, sin embargo ellas me han adoptado, supongo que es porque soy la pequeña del grupo, pero en realidad es que ambas son muy dulces.
—¡Qué emoción Mila, vamos a París! —grita Olivia entusiasmada, yo fuerzo una sonrisa.
Por supuesto que me encanta la idea de viajar y conocer París, pero dos veranos atrás, viajé a la ciudad de la luz y nunca pude salir a conocerla. Solo espero que en esta ocasión tenga la oportunidad de poder pasear por la cuidad.
—Tú ya has estado allá, cuéntanos ¿cómo es? —me pide Olivia, mientras caminamos a la sala de espera.
—Está bien —digo, alzándome de hombros.
—¿Solo bien? ¿Qué tal los chicos? —indaga Sarah con una sonrisa divertida.
—Hay muchos y la verdad, todos son muy guapos —susurro para que no escuche mi madre.
Sarah y Olivia, brincan emocionadas y yo sonrío con ellas. Al parecer con su compañía, este viaje será mucho más entretenido que el anterior.
—Mila —me detiene mi madre antes de entrar a la sala de espera—, aprende todo lo que te enseñen y esfuérzate al máximo —dice exigente, pero no recibo de ella, ni un "te quiero", ni un "te cuidas mucho", ni un "te extrañaré", como sí reciben mis amigas de sus padres.
—Sí mamá —respondo fastidiada y decepcionada a la vez.
Ella se acerca a mi mejilla, pero besa al aire y se aleja rápidamente de mí.
—Mila, me traes un recuerdo de París, del viaje anterior no me trajiste nada —me ruega Sasha, pero mi madre la interrumpe.
—Sasha, Mila va a París a aprender ballet, no va de turista, ni a pasear por la ciudad.
Abrazo a mi hermana pequeña y le susurro al oído:
—No sé como le haré, pero prometo que te traeré algo. —Le guiño un ojo, ella sonríe feliz y me abraza por la cintura.
—Te voy a extrañar, Mila —expresa conmoviéndome.
—Y yo a ti, ratón —me despido, aprisionándola en mis brazos y me la como a besos.
Les digo adiós con la mano, mientras enseño mi boleto. Después de pasar los controles de seguridad llego a la sala de espera junto con mis amigas.
Al entrar ellas apuntan a una chica, pero mis ojos van directos al chico rubio sentado a su lado.
—Ella es Maddie Nichols, también es bailarina —menciona Olivia.
—Sí, tiene diecisiete. Ha intentado dos veces ingresar en el New York City Ballet y todavía no lo logra —agrega Sarah.
La chica nota nuestra presencia y nos dedica una mirada de desprecio, especialmente a mí me recorre de arriba abajo con odio, lo que me desconcierta. El chico rubio me mira fijamente con sus preciosos y penetrantes ojos—. ¿Azules o grises? —pienso, intentando descifrarlo.
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Mila, Mi Pequeña Bailarina #PNovel
Teen FictionSINOPSIS: El ballet es mi redención, donde encuentro la calma que me ayuda a sobrellevar todo aquello que atormenta mi vida. Dicen que soy la mejor, y he luchado para que así sea; el cuento de hadas, solo vive en el escenario, cuando me levanto sobr...