Capitulo 53

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Despierto con mis propios gritos, abro los ojos y todos los recuerdos de ese terrible momento regresan para aplastarme. Estoy en mi habitación, sola, y creo que ya es de noche, porque todo esta oscuro.

—Mila —me habla Anna que toca a la puerta antes de entrar—. Mila, habrá una celebración para pedir por el alma de Lia —me informa la enfermera—. ¿Te gustaría ir? —pregunta con precaución.

Sin pensarlo asiento y me levanto para ponerme la chaqueta e ir a la ceremonia de Lia.

Al llegar a la capilla, observo sorprendida como todos visten de blanco y llevan velas, y flores; a mí también me ofrecen, pero no las tomo. La ceremonia todavía no da inicio y todas las chicas cuchichean sin cesar, pero al percatarse de mi presencia, guardan silencio y me miran curiosas, haciéndome sentir incomoda.

Camile viene a mi lado y toma mi mano, mostrándome su solidaridad e inyectándome un poco de fuerza. Le sonrío en respuesta y nos disponemos a escuchar la ceremonia, que en ese instante da inicio. 

Al terminar la misa, los alaridos de la madre de Lia no se hacen esperar, alaridos que me desgarran el alma. No quiero imaginar lo que es perder a un hijo, no quiero imaginar lo que esta sufriendo esa pobre mujer. Ni pensar en darle el mensaje, que Lia dejó para ella, ni siquiera se lo conté a la policía.

Sin soportarlo más, salgo de ahí, sintiéndome todavía más culpable que antes, al ver el sufrimiento de su madre.

Camino de regreso a la casa y Ted, me alcanza unos segundos después.

—Mila ¿Cómo te sientes? —dice corriendo a mi lado para seguirme el paso.

—Culpable —declaro sin mirarlo.

—¿Por qué tendrías que sentirte culpable tú? —pregunta intrigado. Yo sigo sin detenerme, necesito alejarme de ahí inmediatamente.

—Porque no hice lo que ella quería, porque ella se mató por mi culpa...

—¿Qué de que hablas? —me interrumpe—. Espera, detente —dice tomándome del brazo—. Cuéntame ¿Por que dices eso?

Yo bajo la mirada y después de suspirar resignada lo miro atormentada.

—Ella amenazó con matarse si yo no me cortaba —él me mira desconcertado—. Ella tenia esa navaja escondida y sus brazos con múltiples heridas. Lia quería que yo hiciera lo mismo, como no lo hice se molestó y me amenazó con matarse —le cuento martirizada—. ¡Y lo hizo! —chillo mortificada.

Ted me mira anonadado y por unos segundos niega consternado.

—Mila, yo... Yo... —titubea—. No, Mila, nada de esto es tu culpa. Lia no estaba bien, ella... —duda buscando las palabras correctas—. Mila, tú me lo advertiste, tú siempre sentiste que algo no estaba bien con Lia y no las protegimos como debimos. Por favor perdónanos, tienes que perdonar nuestra negligencia, porque eso fue lo que pasó. Fuimos negligentes, debimos saber que algo así podía pasar con Lia —Ted hace una pausa y suspira resignado antes de continuar—. Imagino que después esto te querrás ir y lo entiendo, pero creo que lo mejor que debes hacer es quedarte y afrontar esta nueva prueba. Sé que si lo trabajamos juntos, podremos ayudarte a superarla. Sé que te sientes culpable, también la Dra. Lewis se siente culpable, al igual que Milly y yo. Pero créeme que la única que no debe, ni tiene que sentirse culpable, eres tú. Tú no Mila —me asegura.

—Ella me dijo que su muerte seria mi culpa y eso es lo que siento. La siento aquí, en mi pecho y su odio, su maldición, me persiguen todo el tiempo. Yo debí morir, no Lia, ella no.

—No digas eso, Mila. ¿De verdad crees que a Sebastian le gustaría oírte hablar así? —Niego, y limpio mis lágrimas.

—No, él odiaría oírme hablar así y sé que lo lastimaría profundamente.

Mila, Mi Pequeña Bailarina  #PNovelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora