Capítulo 39

4.6K 317 24
                                    

—Vamos dormilona, despierta. —La voz de Sebastian que me habla al oído desde atrás, me despierta.

Me abraza, mientras deposita pequeños besos en mi nuca, que me hacen cosquillas.

—No, no quiero levantarme. Me duele todo y hace mucho que no dormía como hoy. —De nuevo no tuve pesadillas, no sé si sea el suave colchón de Sebastian o la seguridad de que cuando estoy con él, nada malo pasará, pero dormí como un bebé.

—Anda, levántate. Tenemos que aprovechar el tiempo que nos queda antes de que te vayas a Australia. —Él se pone de pie de un salto y jala mi mano para levantarme pero yo me resisto.

—Primero dame un beso —lo incito.

Sebastian se acerca a darme un beso yo me cuelgo a su cuello y aprovecho para jalarlo de nuevo hacia la cama. Los dos rodamos, mientras nuestro labios se prodigan atención.

—Podríamos aprovechar el tiempo aquí, solos, abrazándonos, besándonos —Ahora yo estoy recostada sobre él, mientras beso sus labios, sus mejillas, sus ojos, su frente, su nariz. Él sonríe divertido, yo sigo bajando con mis besos por su cuello. De repente él me levanta y me pone a su lado, para después saltar de la cama.

—No, creo que será mejor que salgamos —lo miro desconcertada, no se que pensar. ¿Acaso acaba de rechazarme? ¿Soy tan horrible que no me desea? Él no se da cuenta de mis dudas o prefiere ignorarlas y va al vestidor a buscar su ropa.

—¿A donde te gustaría ir? ¿O que te gustaría que hagamos? —pregunta desde el vestidor.

Yo sigo hincada en la cama sin entender nada y tratando de descifrar que pasó. ¿Por qué Sebastian ya no quiere estar a solas conmigo?

—¿Mila? —insiste asomándose desde el vestidor.

—¿Eh? —respondo.

—Te preguntaba que te gustaría hacer o donde quieres que vayamos.

—No sé, decídelo tú. a mí en realidad, no me importa.

—¿No te importa salir conmigo? —Viene y se sienta en la cama y me mira con el ceño fruncido.

—Lo que no me importa es a donde ir. Yo solo quiero pasar el día contigo, no importa donde —le explico.

De nuevo se pone de pie y va hacia la cómoda, yo lo observo con curiosidad.

—Bien. ¿Qué te parece que vayamos a desayunar a un lugar que te va encantar? Y no sé, tal vez quieras ir hacer algunas compras para tu viaje, podemos ir a algún centro comercial... —habla y habla.

Mientras, yo me levanto y sin responder nada, bajo al baño del primer piso.

Me observo con detenimiento en el espejo y me doy cuenta porqué Sebastian, acaba de rechazarme. Mis brazos son anchos, mi abdomen abultado, mis muslos son gruesos y mi cara redonda, esta pálida y con grandes ojeras, para rematar mi cabello es un desastre, y no quiero ni imaginarme lo que es mi aliento.

Lavo mi cara, cepillo mis dientes y peino mi cabello, no consigo mejorar mucho mi aspecto así que suspiro resignada.

—Mila. ¿Estás bien? —pregunta Sebastian tocando a la puerta.

—Estoy bien, ahora salgo —Acomodo mi pijama de forma que no resalte mis defectos y salgo del baño, Sebastian me espera afuera.

—¿Qué pasa? —me interroga mirándome con detenimiento.

—No pasa nada.

—Me dejaste hablando solo —señala.

—Necesitaba ir al baño —aclaro, él asiente no muy convencido.

Mila, Mi Pequeña Bailarina  #PNovelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora