Jason y yo damos gracias al público con reverencias y grandes sonrisas, después los dos llevamos a Peter al frente y retrocedemos unos pasos para que reciba el aplauso del público como autor, coreógrafo y director de la puesta en escena. Los tres lucimos más que radiantes de felicidad. Peter está feliz porque nunca imaginó el éxito de su obra, las excelentes críticas que ha obtenido y la respuesta de los apasionados al ballet. Jason está feliz porque además de que la temporada ha sido todo un éxito, ha recibido una propuesta para ser la imagen de una marca de ropa deportiva. Y yo estoy feliz porque de nuevo llevo orgullosamente en mis brazos el acostumbrado y hermoso ramo de tulipanes que Sebastian me hizo llegar como siempre hace cuando tengo una presentación. Pero también estoy feliz de tenerlo frente a mí viéndome bailar, apoyándome y mirándome como lo está haciendo, con auténtica admiración e innegable amor. Estoy feliz porque ahora que la temporada terminó, podré pasar mis vacaciones de invierno con él, pues Sasha viaja con mi padre a Londres, mi madre se refugiara del frio con su amante en una playa de México y a mí Sebastian me invitó a pasar navidad en Boston en casa de la abuela Rose. Estoy feliz porque además de no pasar navidad sola como lo hice los años anteriores, en los que solo me iba temprano a la cama sin siquiera haber cenado, estoy feliz porque esta vez es diferente, pues estoy completamente segura que será la mejor navidad de mi vida porque estaré con él, con mi amor. Me emociona mucho nuestra primera navidad juntos y espero que sea la primera de muchas más o mejor, que sea la primera de todas las que restan en mi vida. Estoy feliz porque luego pensamos escaparnos a uno de los tantos excitantes y excéntricos viajes a los que Sebastian está acostumbrado hacer desde hace años durante las vacaciones, hoy el plan es viajar a Tailandia.
Apenas cierran el telón Jason me toma por la cintura y me gira emocionado.
—Lo hicimos, Mila, de nuevo conquistamos al público —expresa estrujándome entre sus brazos— No sabes cuanto disfruto bailar contigo —declara con orgullo.
—Claro que lo sé, si yo lo disfruto tanto como tú —expongo y él me sonríe agradecido.
De pronto, Peter se une al abrazo y nos besa a ambos en la cabeza con gran entusiasmo haciéndonos reír.
—Los dos son increíbles, Mila esos salto y tus giros. ¡Dios! Fue realmente sublime, simplemente perfecto —expresa con regocijo mirándome maravillado—, y tú Jason, esa fuerza y tus saltos, también sorprendentes. Hay tanta química entre ustedes, que la trasmiten, juntos son invencibles. Gracias chicos, sé que sin ustedes el éxito no hubiera sido posible —expone con lágrimas en los ojos y los dos lo miramos conmovidos.
—Por supuesto que sí, Peter. Tú trabajo es sorprendente, si nosotros bailamos tan bien es porque hemos tenido el mejor profesor —le reconozco.
—Gracias Mila, pero en verdad debo reconocer tu talento, el de ambos —corrige mirando a Jason. Bueno basta de sentimentalismos, tenemos que celebrar, los espero a los dos en casa para la cena de navidad, a mi esposa y a mí nos dará mucho gusto que nos acompañaran —nos invita, Jason y yo nos miramos apenados.
—Gracias, pero Marc me espera para tomar un avión. Mi madre nos espera en Atlanta a cenar —se disculpa Jason y Peter me mira a mí.
—Lo siento, Sebastian y yo partiremos a Boston en media hora. Por cierto ya debe estar esperándome —me disculpo y Peter asiente compresivo.
—Bien ya festejaremos en otra ocasión —acepta resignado mientras me abraza— Feliz navidad, Mila, Jason —agrega ahora abrazándolo a él— felices fiestas, disfruten a la familia.
Jason y yo nos despedimos con un fraternal y cariñoso abrazo expresando nuestros mejores deseos el uno para el otro, después corro al camerino donde Sebastian ya me espera y que al verme me atrapa en sus brazos.
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Mila, Mi Pequeña Bailarina #PNovel
Teen FictionSINOPSIS: El ballet es mi redención, donde encuentro la calma que me ayuda a sobrellevar todo aquello que atormenta mi vida. Dicen que soy la mejor, y he luchado para que así sea; el cuento de hadas, solo vive en el escenario, cuando me levanto sobr...