Capítulo 69

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*¡Hola a todos!  Antes que nada me gustaría contarles, que este es el último capítulo de "Mila, mi pequeña Bailarina", Sí este es el final de esta primera parte y en verdad espero les guste y lo disfruten tanto, como yo lo hice al escribirlo.
Así es, leyeron bien, primera parte. Próximamente les traeré la segunda parte de esta intensa historia y espero que sea de su agrado o más que esta primera.
No les mentiré, no será pronto, seguramente lo haré en un par de meses, pues cuando se las traiga, quiero hacerlo de forma continua y sin hacerlos esperar tanto por los capítulos y por lo mismo dedicaré ese tiempo a corregirla. Además quiero compartirles que aunque ya tengo propuesta de editorial, ("por cierto muchas gracias a tod@s por darle una oportunidad a mi historia, pues sin ustedes esto no sería posible"), decidí auto publicarme, así que lo más seguro es que retire la historia de WATTPAD en unas cuantas semanas.
No les cuento más porque no quiero hacer SPOILER, pero no se pierdan el epílogo y los adelantos del próximo libro, también les mostraré la portada de la siguiente parte.*

Capítulo 69

Abro los ojos y me encuentro con esos hermosos ojos, mis preferidos en el mundo y que me miran con verdadero, y celestial amor. Sebastian está frente a mí en la cama y me sonríe con ternura, mientras acaricia mi mejilla para luego pasar su brazo por mi cintura y acercarme a él, alborotando en mi estómago a esas mariposas locas con tan solo una sola de sus miradas, haciéndome sentir plena e inmensamente feliz.

—¡Buenos días, Pequeña! —me saluda antes de besar mis labios, beso que recibo con timidez como si fuera el primero por las intensas emociones que provoca en mí.

—¡Hola! —musito apenas y tomando un poco de aire para después hundirme de nuevo en el clamor de sus labios.

Sebastian intensifica el beso, pegándome a él con ambos brazos para después con manos traviesas, intentar explorar bajo mi camiseta.

—Basta Sebastian, aquí no —trato de detenerlo pero sin disminuir en lo mas mínimo la intensidad de nuestro beso y aunque con palabras le pido que pare, con mis manos lo incito a continuar, pues acaricio con vehemencia su espalda y su cabello. Además él tampoco tiene intensiones de parar, pues sus manos y sus labios siguen al ataque, despertando la pasión y desbocando mi corazón a ritmos peligrosos— debemos respetar la casa de la abuela —le recuerdo sin dejar de besarlo.

—Mi abuela no tiene porque enterarse —responde con una sonrisa traviesa contra mis labios, haciéndome reír a mí también.

—Pero me entero yo, señor Nichols —declaro usando todas mis fuerzas para poner un poco de distancia entre nosotros o sé que tampoco yo podré detenerme.

Él pone sus ojos en blanco y se deja caer derrotado del otro lado de la cama. 

En silencio, los dos miramos al techo por al menos un par de minutos, mientras los latidos de nuestros corazones se tranquilizan y nuestras respiraciones se normalizan. De pronto Sebastian interrumpe nuestro silencio.

—Mila, ayer... Ayer me ibas a decir que te pareció el video para la campaña —dice con voz pausada y sin quitar su vista del techo.

Yo lo observo de reojo, estudio sus gestos y regreso mi vista al techo al notarlo evasivo.

—Me pareció realmente impactante y... —hago una pausa para tomar un poco de aire—, creo que sería genial que con eso pudieran ayudar a muchas más chicas a salir de esta terrible enfermedad.

—¿A más chicas? —pregunta intrigado y buscando mi mirada que sigue clavada en los grabados de yeso que adornan el techo de la habitación.

—Sebastian, yo... —intento confesarme mientras me mira expectante— Yo... —¡Dios! ¿Por qué es tan difícil?— Yo tengo bulimia y anorexia —Por fin lo digo y de reojo espero por su reacción.

Mila, Mi Pequeña Bailarina  #PNovelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora