Capítulo 42

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Llegó al teatro y Peter está en mi camerino esperando por mí.

—Mila. ¿Estás segura que puedes bailar? —me pregunta realmente preocupado.

—Por favor Peter, déjame bailar —le ruego con la mirada, él me mira pensativo.

—Ok, confió en ti. Además los empresarios no quieren a tu suplente. De todas formas Megan estará lista por si te sientes mal, solo házmelo saber —acepta, pero su mirada refleja miedo y lo entiendo, es su carrera la que está en juego y por supuesto, la mía también, pero lo que único que me preocupa, es decepcionarlo y no pienso hacerlo, así que estoy dispuesta a dar la vida en el escenario.

—No será necesario, te aseguro que estaré bien —le prometo, él asiente pensativo y sale del camerino. Y como no voy a estar bien, si el ballet es lo único que me tranquiliza.

Todo sale perfecto, el público aplaude eufórico y de nuevo la pequeña Natasha me entrega un enorme ramo de tulipanes. Apenas cierran el telón corro al camerino a vestirme. No quiero ver a nadie, así que me visto a toda prisa y recojo mis cosas. Estoy por salir, y me encuentro a Olivia en la puerta.

—Mila. ¿Te vas? ¿Te sientes bien?

—Sí, no quiero estar aquí. Y no, no me siento bien —respondo sin esconder lo que siento, porque ya estoy cansada de hacerlo. Ella me abraza fuerte y yo me derrumbo en su pecho.

—Por favor dime que tú sí me crees. Por favor Olivia, dime que tú no crees que engañé a Sebastian.

—Claro que te creo, desde que Sebastian nos lo dijo supe que era un mal entendido —menciona Olivia con su dulce voz.

—Sara no me cree —le cuento, ella aprieta su abrazo.

—No hagas caso, sabes que ella es desconfiada, pero tarde o temprano se dará cuenta de su error —Olivia me muestra su apoyo.

—No solo perdí a Sebastian por un malentendido, también me doy cuenta que Sara no confía en mí —digo con desilusión.

—No Mila, no perderás a Sebastian,. Ahorita está enojado, está muerto de celos y no piensa con la cabeza, pero cuando se calme, ya verás que todo se arreglará entre ustedes y seguro regresarán —explica con voz tranquila.

—No, no creo que eso pase. Además él no confía en mí y una relación sin confianza dudo mucho que funcione —digo soltándome de su abrazo y limpiando mis lágrimas.

—Entiende, apenas se están conociendo y adaptándose uno al otro, pero pronto empezarán a confiar entre ustedes y su relación mejorará con el tiempo —responde con su característico optimismo.

—Ojalá pudiera ser tan optimista como tú, pero no tienes idea de cómo me trató. Me dijo que era una cualquiera, que yo solo actuaba el papel de niña inocente —recuerdo y duele de nuevo.

—Estaba dolido, por eso te dijo tantas estupideces. Creo que cuando alguien está enojado es mejor no hablar, porque terminamos hiriendo a los que más amamos —dice tomando mi mano y llevándome hacia el sofá para que me siente.

—Así es Olivia, Sebastian me hirió mucho y me duele, duele mucho aquí —le digo con mi mano en el pecho.

—Lo sé, lo sé —dice, quitando mi cabello de mi rostro y mirándome con ternura—. Mila, Natasha y su papá te esperan para invitarte a cenar —me comunica, yo niego contundente.

—No, no quiero verlos. Yo solo quise ser amable con la pequeña y ve cómo terminó todo esto —respondo decidida a cortar de tajo, toda relación con los Koloskova—. Por favor diles que ya me fui, que estoy indispuesta, no sé, cualquier cosa.

Mila, Mi Pequeña Bailarina  #PNovelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora