Capítulo 34

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Jason me habla, pero no puedo abrir mis ojos que se sienten pesados.

—Pequeña tenemos que salir de nuevo —dice dándome suaves palmaditas en las mejillas—, vamos levántate —ruega con angustia.

—No puedo... no puedo... respirar... —digo con voz ahogada por el hambre de oxigeno.

Jason me levanta en brazos y me saca del escenario.

—¿Qué pasa? ¿Qué le pasa a Mila? —pregunta Jonathan.

—Se desvaneció, dijo que le costaba respirar —le informa Jason con voz mortificada.

—Mila. ¿Me escuchas? —me pregunta Jonathan acariciando mi mejilla.

Quiero decirle que si lo escucho, pero no puedo, no puedo ni abrir mis ojos.

—Entrégamela, la llevaré al camerino, tú regresa al escenario y lleva a una chica contigo para la escena final. —le pide Jonathan a Jason.

—No, no puedo dejarla así —niega Jason con voz mortificada.

—¡Anda, ve! —Le ordena Jonathan.

Escucho sus voces como entre sueños pero no puedo responder, siento mi cuerpo pesado al igual que mis párpados. Quiero decirles que no pongan a otra chica en mi lugar, que me esperen que ya estoy mejor, pero no puedo ni articular palabra. Jason me entrega en sus brazos y escucho a Jonathan pedir una ambulancia, después no escucho más.

—¿Señorita, me escucha? —escucho una voz desconocida—. Abra los ojos —me pide.

Apenas los abro, pero vuelvo a cerrarlos.

—¿Cuál es su nombre? —pregunta la voz desconocida.

—Mila —responde Jonathan.

—¿Mila, me escuchas? —Vuelve a preguntarme—. Si es así, abre los ojos.

Los abro brevemente.

—Mila por favor, abre los ojos —me ruega Jonathan.

—En unos minutos regresará en si, esta deshidratada, y su presión es muy baja, pero con el suero y los medicamentos que le inyecté se recuperara pronto —le informa la voz.

Abro los ojos muy lentamente, un hombre está a mi lado, tomándome el pulso, llevo unas puntas nasales y Jonathan esta junto al hombre y me mira mortificado. Miro a mi alrededor intentando reconocer donde estoy y me parece que estoy en una ambulancia.

—Jonathan —susurro.

Él toma mi mano.

—Mila, Dios niña que susto nos haz dado.

—Jonathan, tengo que regresar al escenario —ruego mortificada y lágrimas en los ojos.

—No Mila, la función ya terminó, tú iras al hospital a que te revise un médico.

—No, no, tengo que regresar, Peter no volverá a confiar en mí. 

—Ahorita no pienses en eso, lo importante es que tú estés bien.

—Perdóname Jonathan, te juro que yo no quería que esto pasara.

—No Mila, yo no tengo nada que perdonarte. Además bailaste muy bien, solo no pudiste salir al final, eso es todo, pero por favor tranquilízate, ya no llores. El Dr. Williams ya viene para el hospital, él se hará cargo de ti —dice Jonathan intentando tranquilizarme.

Asiento preocupada, no quiero que todos sepan de mis problemas.

Llegamos al hospital, me reciben en urgencias varios médicos y enfermeras, me hacen mil pregunta. Qué si me golpeé la cabeza, qué si comí algo que me hizo daño, o si ingerí alguna sustancia o medicamento, y otras tantas preguntas más.

Mila, Mi Pequeña Bailarina  #PNovelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora