Por fin un taxi se detiene y nos lleva al departamento de Sebastian, que en realidad queda a unas cuantas cuadras de la escuela. Bien hubiéramos podido ir caminando, pero sé que él no quería que me esforzara.
—Pasa, este es mi humilde hogar —me dice cuando entramos a su apartamento que está en el tercer piso, al que yo hubiera querido subir por las escaleras, pero Sebastian se negó y subimos por el viejo elevador.
—¿Humilde? —comento asombrada pues de humilde no tiene nada. Es un apartamento tipo Loft, solo hay unas escaleras que llevan a lo que supongo es la habitación, pero todo lo demás está abajo en un espacio abierto. Cocina, sala, y comedor, elegantes y modernamente decorados en un estilo minimalista con maderas oscuras, paredes blancas y herrajes cromados—. Sebastian, este lugar es increíble.
—Poco a poco lo he ido convirtiendo en lo que es, pero hubieras visto el cacharro que era cuando lo compré —menciona mientras me quita la chaqueta y la coloca junto con mi bolso en el perchero que se encuentra en la entrada
—¿Es tuyo? —indago.
—Bueno, podría decirse que sí, pero todavía me quedan algunas cuotas por pagarle al banco.
—¡Woao! La cocina es genial —exclamo mientras observo el lugar con admiración.
—Ven —dice Sebastian tomándome en sus brazos, me lleva hasta la cocina y me sienta sobre la mesada de granito—. ¿Sabes cocinar? —me pregunta.
—No, nunca he tenido tiempo de intentarlo —confieso.
—Yo sí —presume—. ¿Qué se antoja que te prepare?
—¿De verdad, sabes cocinar? —pregunto con incredulidad.
—Sí y soy muy bueno. Dime que quieres comer. ¿Pasta? ¿Pescado? ¿O prefieres pollo? ¿Tacos? —ofrece y yo lo miro divertida, me emociona la idea de verlo cocinar para mí.
—Lo que sea estará bien —digo con una tímida sonrisa.
—Bien, entonces te prepararé mi especialidad —manifiesta con un gesto de suficiencia.
—¿Así? ¿Y cuál es? —averiguo con curiosidad
—Lasaña.
—¡Mmm, suena delicioso! Me gustaría ayudarte y ver como lo haces, con suerte y aprendo algo —propongo.
—Perfecto. ¿Sabes cortar vegetales?
—No, pero dime como y lo haré —admito y él sonríe de oreja a oreja, me levanta de nuevo y me lleva hasta el lavabo.
—Lávate las manos. Siempre antes de cocinar tienes que hacerlo —me explica, yo me las lavo a conciencia y él las seca con una toalla, después me lleva de regreso a la barra—. Bien, quédate aquí y te traeré las cosas. —Asiento con una sonrisa y él va hacia el refrigerador, saca varias cosas. Lleva los vegetales hasta el lavabo, lava muy bien las verduras y las pone en un gran colador.
—¿Cuándo me dirás cómo te ayudaré? —le pregunto.
—Dame dos minutos —responde mientras busca algo en los gabinetes.
—Ok —acepto y dos minutos después empieza a acercar dos tablas, dos cuchillos, los vegetales y lo que creo es ajo. Después va hacia la estufa y pone dos ollas con agua, regresa y de nuevo me carga y me sienta sobre un banco alto.
—Tú cortarás los champiñones y los pimientos, yo el jitomate, la cebolla y el ajo.
—Bien —accedo.
—Pones el champiñón en la tabla y con el cuchillo lo rebanas así. —Me pone la muestra y lo hace entusiasmado, yo también lo estoy y trato de imitarlo.
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Mila, Mi Pequeña Bailarina #PNovel
Teen FictionSINOPSIS: El ballet es mi redención, donde encuentro la calma que me ayuda a sobrellevar todo aquello que atormenta mi vida. Dicen que soy la mejor, y he luchado para que así sea; el cuento de hadas, solo vive en el escenario, cuando me levanto sobr...