Salgo de la escuela y como siempre soy la última. Voy a paso apresurado hacia la calle, pero al intentar cruzarla, una moto se acerca a mí peligrosamente, sorprendiéndome y causándome un fuerte sobresalto. Cuando me recupero del susto, mi mirada busca la del conductor para recriminarle su falta de precaución, pero me encuentro con un sexy y guapísimo chico montado sobre la motocicleta, que aunque no sé mucho de eso, estoy segura es una Harley Davidson.El chico se quita el casco y para mi sorpresa es ni más ni menos que Sebastian, mi Sebastian y luce más atractivo que nunca en unos jeans negros, una camiseta blanca y una chamarra de cuero negra, dándole más apariencia de chico malo de la que ya tenía. No puedo evitar mi cara de sorpresa y con vergüenza me doy cuenta que mi boca esta abierta completamente y que lo miro como una boba.
—¡Hola! —me saluda con una gran sonrisa.
Yo me recupero de la sorpresa y la molestia regresa.
—¿Te das cuenta que por poco me atropellas? —le reclamo cruzándome de brazos.
—Lo siento, no era mi intención asustarte. Pero no iba a atropellarte, solo intentaba alcanzarte —se disculpa con una linda y sexy sonrisa, pero contengo las enormes ganas de sonreírle de vuelta.
—¿Alcanzarme? ¿Para qué? —le pregunto arrugando el entrecejo, extrañada.
—Quería saber, si quieres que te lleve a tu casa —dice haciéndome una seña con su cabeza para que me suba atrás de él.
—¡No, gracias! —le respondo sin pensarlo e intento seguir mi camino, pero él se baja de la moto y se interpone en mi camino.
—¿Por qué no? —pregunta con súplica en la mirada.
—Porque no quiero —exclamo sin preámbulos.
—Le temes a las motos —afirma con una sonrisa burlesca, retándome.
—No —niego, pero sí muero de miedo, después recuerdo lo que Sara me dijo de mi tatuaje.
—Demuéstramelo y sube conmigo —me desafía, si será manipulador.
Yo repito en mi mente "No más miedo" sonrío con malicia.
—¿Qué gano yo con demostrártelo? —le devuelvo el desafío.
—No sé, tú dime que quieres.
—¡Mmmm! —Lo pienso. ¿Qué podría querer yo de Sebastian? Un beso, por supuesto que quiero un beso, uno apasionado con abrazo incluido, pero obvio no le pediré eso. Suspiro melancólica—. ¡Ya sé! —grito emocionada y sonrío divertida.
—Anda, dime —me solicita expectante.
—Si me subo contigo y te demuestro que no le tengo miedo a las motos, te vestirás de bailarín, así con leotardo, mallas, tutú y todo —expongo con mirada desafiante.
Él me mira impresionado e indignado, nunca imaginó que lo retara con algo así. Cierra la boca y la frunce con fuerza mientras me mira fijamente y piensa que responder.
—Hecho —me ofrece la mano, para cerrar el trato—, pero los bailarines no usan tutú. —alega mirándome indignado.
—Tú si tendrás que usarlo —le advierto y él asiente aceptando mis condiciones.
Yo tomo su mano con desconfianza, pero forzando una gran sonrisa, pues nunca creí que aceptaría y ahora yo tendré que subirme con él y hacerme la valiente.
Sin previo aviso y sorprendiéndome, Sebastian me toma por la cintura y me levanta como si no pesara nada, y me sienta en la motocicleta, pero no me suelta y a pesar del reconfortante calor que emanan sus manos sobre mi cintura, siento que escalofríos recorren todo mi cuerpo.
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Mila, Mi Pequeña Bailarina #PNovel
Novela JuvenilSINOPSIS: El ballet es mi redención, donde encuentro la calma que me ayuda a sobrellevar todo aquello que atormenta mi vida. Dicen que soy la mejor, y he luchado para que así sea; el cuento de hadas, solo vive en el escenario, cuando me levanto sobr...