22. Esto es guerra

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Sentía un leve cosquilleo en mi mejilla. Me remuevo mientras me quejo, queriendo seguir durmiendo. Escucho una leve risa siguiendo a eso unos labios en la frente, en la mejilla, en la nariz para finalizar en mis labios.

Sabía que no se detendría hasta que despertara.

- ¿Por qué tienes que ser tan molesto a veces?- me quejo mientras comienzo a abrir los ojos, encontrándome con unos orbes terriblemente azules. No sonreiré, no le daré aquella satisfacción. Que yo recuerde estaba enojada con él.

- Hasta que al fin despertaste, dormilona- me sonríe. Dios, no podía estar enojada con él, no podía, no podía teniéndolo tan cerca, con aquella sonrisa tierna y seductora a la misma vez, aquellos ojos que me gustaban ver, y aquella piel que me gustaba sentir junto a la mía... Niall era mi adicción.

- Yo estoy enojada contigo- digo mientras me volteo hacia la ventana. El bufa.

- ¡Oh vamos, nena! ¡Yo también debería estar enojado contigo también!- exclama, pero no estaba enojado, solo quería drama.

- ¿Que?- me volteo a verlo- ¿Enojado conmigo por ser tan linda y llamar la atención de chicos que no me atraen?- alzo una ceja.

- ¿No te atraigo?- finge estar ofendido. Evito una sonrisa.

- Nop, eres muy feo para mi- me cruzo de brazos y alzo la barbilla.

- Qué mal. Entonces, este feo no podrá llevarte a un paseo a caballo por la playa- dice y se levanta del suelo, donde se encontraba en cuclillas para llegar a mi nivel. Mis ojos se abren de par en par. Niall sabe como llamar mi atención.

- ¿Qué? ¿Caballo? ¿Playa? ¡DONDE!- Exclamo, que injusto, Niall sabía mis debilidades.

Él niega con la cabeza divertido y se ríe mientras camina hacía el pasillo y es cuando me doy cuenta que la compuerta por donde entramos estaba abierta. Miro hacia la ventana y doy con que ya habíamos llegado. Vaya.

- ¡Niall!- Me quejo. Se estaba burlando de mi, me estaba matando. Diablos Niall.

Recojo mis cosas y me pongo mi bolsa al hombro y me encamino hacia la puerta para bajar por la escalera. Allí había una camioneta negra, que seguro nos llevaba a la casa de Niall, quien estaba allí fuera hablando con unas personas.

El clima era perfecto. Había sol y ninguna nube en el cielo. Hacía calor, y me estaba muriendo ya que estaba con unos pantalones y zapatos cerrados.

Bajo las escaleras, y esquivando a Niall me subo a la camioneta, que un chico uniformado mantenía abierta la puerta para que subiera. Luego de un rato la otra puerta se abre y entra Niall. No me mira, pero sonríe travieso. No ganaría, por supuesto que no.


Fueron unos veinte minutos de viaje, hasta que el coche se detuvo en una gran reja blanca de madera. Ésta se abrió, dejando por delante un camino de gravilla. A los lados había un jardín gigante y bien cuidado. Habían arbustos elegantes que formaban el camino, y flores de variados colores. Ya estaba totalmente asombrada, y eso que aun no había visto la casa.

De mis labios se  me escapa un 'Oh por Dios' al ver lo que podría ser una mansión playera, como lo diría yo. Era una gran casa blanca de madera con ventanales grandes. La puerta principal era de roble con diseños bien tallados, y al rededor habían maceteros con flores que nunca había visto.

¿Esto realmente estaba pasando? ¿Realmente era posible? Aun no me lo podía creer que una chica como yo, que vivía en una miseria, haya encontrado a un chico millonario con territorios en muchos lugares esparcidos por el mundo. No, no me lo podía creer. Aun se me hacía raro ver a Niall en estos lugares, aun mas raro conmigo a su lado.

Un Lindo Desconocido (Niall Horan) HOTDonde viven las historias. Descúbrelo ahora