Un Lindo Desconocido (Niall Horan) HOT

35. Una ultima decisión

Lo siento, pero aquí va otro capitulo decisivo. Es un poquito fuerte (o quizás no) para que no se lo tomen personal hehe <3

Pero antes que nada: ¿Qué creen que va a pasar en este capitulo?

- Debería llamar a Niall...

- ¡No! Ya te dije que eso solo provocaría problemas con ella. No, ella ahora necesita descansar.

- ¡Pero si mira cómo está! Me da la impresión de que va a desaparecer en cualquier momento.

- No seas idiota, Harry. Ahora lo que más necesita es apoyo, no más estrés.

Suelto un quejido cansada de la discusión. Abro los ojos con lentitud y miro a mi alrededor, me sorprendo al darme cuenta que me encontraba en un cuarto de hospital. ¿Me había desmayado otra vez?

- ¿____? ¡Gracias a Dios! A mí y a Harry nos diste un susto de muerte- exclama Mayra dándome un fuerte abrazo.

- Yo... eh...

Estaba nerviosa. Seguramente ahora sospecharán lo que me pasa, el por qué me desmayé, y me harán preguntas que no tenía ganas de responder. Me sentía avergonzada, me había expuesto totalmente.

- ¿Qué pasó?- cuestiono para dejar de sentirme incómoda.

- Te desmayaste. ____... ¿No te has estado alimentando bien?- pregunta Mayra con preocupación.

- No es lo que piensas- advierto.

- Pues me encantaría oír lo que tienes para decir, porque no puedo creer que pudieras encontrarte gorda o ninguna imperfección en ti como para dejar de comer- exclama ahora furiosa, como una mamá en celo.

Harry se le acerca y le apoya una mano en el hombro para que se tranquilizara. Yo me siento en la cama apoyando mi espalda en la almohada.

- Yo... No estoy bien económicamente hablando...- comienzo agachando la cabeza, me avergonzaba confesar mi situación en voz alta-. Con el trabajo y la universidad no tengo mucho tiempo y necesito ahorrar por casos de emergencia. Y hoy me despidieron de mi trabajo y yo... no sé que hacer.

Me tiembla el labio inferior al hablar y me veo obligada a tragarme las lagrimas.

- ¿Por qué nunca dijiste nada?- cuestiona Mayra sentándose a mi lado.

- ¿Qué podría decirte, Mayra? Si nunca fuimos amigas...

Ella hace una mueca ante mis palabras.

- No la he estado pasando bien últimamente, todo parece venirse abajo- sollozo ocultando mi rostro entre mis manos. Mayra me abraza con cariño.

- No te preocupes, nosotros estamos acá para apoyarte y ayudarte, ¿no, Harry?

- Por supuesto- dice dándome una cordial sonrisa-. Mayra, se hace tarde...

- Ahora tenemos que irnos, pero volveré en la tarde para llevarte a casa, ¿de acuerdo?

Yo asiento con la cabeza y los observo abandonando la habitación.

La soledad se apodera de nuevo de la estancia y la tristeza se planta como peso muerto en mi interior. Tenía inmensas ganas de llorar, mi vida se había vuelto una mierda, y ya no sabía cómo seguir adelante.

Me quedo dormida luego de que me dieran el almuerzo y cuando despierto, doy un salto del susto al encontrar a una chica parada frente a mí, observándome. Era delgada, el pelo desordenado y el rostro pálido, traía una bata del hospital así que supuse que era una paciente.

- ¿Q-quien eres?- murmuro tratando de calmarme. La presencia de la chica desconocida me ponía un tanto nerviosa.

- Alguien que viene a aconsejarte- dice con voz queda y rasposa. Yo frunzo el ceño.