28. Tocando fondo

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Me sentía débil y con suerte podía mantener los ojos abiertos. Cuando desperté ya era de día y yacía yo con un cubo a un lado para vomitar.

No sé nada de nadie. Aparentemente estaba en casa de Niall en una habitación que no había visto, y él al parecer no tiene el valor de presentarse, y aunque lo extrañese un montón, no sé si quiero verlo aún, creo que me resultaría un tanto difícil.

Cierro los ojos y suelto un quejido junto con un gruñido. La estaba pasando realmente mal, y me asustaba, porque no sabía que era lo que tenía exactamente. Me sudaba el cuerpo y tenía mucho calor, pero cuando me destapaba deseaba terriblemente ocultarme bajo las suaves sabanas de la cama. Sentía un mareo terrible y sentía ganas de llorar todo el tiempo porque me sentía sola.

Siento la bilis volver y tomo el cubo del suelo y vomito. No sé por qué lo hago porque no recuerdo haber comido tanto el día interior, pero aún así, lo hago porque así mi cuerpo lo pide. Me he inclinado tanto para llegar al cubo que caigo al cuerpo, con mi cuerpo flácido como una hoja mojada.

Suelto un sollozo porque no lo soporto. Vuelvo a vomitar y cuando acabo me echo al suelo sin poder sostenerme más despierta. Estaba asustada y necesitaba a alguien para que me llevara a urgencias porque realmente me sentía mal, pero no tenía voz, me encontraba muy débil.

Cómo puedo alzo una mano para llegar a la mesita de noche y tanteo para alcanzar un vaso de vidrio y tirarlo al suelo para que el sonido al romperse atraiga a alguien. No llego al objeto así que como si estuviera borracha me siento en el suelo y como no aguanto más me tiro sobre el mueble arrastrando con todo lo que tenía encima provocando un gran estruendo.

Caigo nuevamente al suelo. La puerta se abre bruscamente.

- ¡¿____?!- escucho el grito de Niall al no verme en la cama. Luego siento su sombra frente a mí-. Mierda, mierda, mierda. Nena, no te duermas- Niall cae junto a mí en el suelo y me eleva un poco para apoyarme en su regazo y abrazarme- Mantente despierta, ____- insiste.

Yo cierro los ojos y dejo caer la cabeza hacia un lado, no tengo energías ya. Me sentía más en paz al tener a Niall cerca, tocándome, porque realmente lo extrañaba de una forma inimaginable. Aún así, me siento reacia a aceptarlo. Sí, le permito ayudarme ahora porque ya estoy media muerta, pero no significa que lo haya perdonado.

- ¡Lisa, llama al Doctor Anderson!- exclama Niall-. Todo estará bien cariño- murmura suavemente.

Niall me levanta y me recuesta en la cama y me cubre. Vuelve a ponerme un pañuelo mojado en la frente y se sienta junto a mí para acariciarme el cabello mientras espera al Doctor Anderson. En ningún momento abrí los ojos.


Cuando llegó el Doctor Anderson me revisó y me chequeó. Cuando terminó le dió un par de remedios a Niall que debía tomar durante la semana. Uno de ellos era para que fuera al baño y así expulsara todo lo toxico y demás.

Niall fue a despedir al Doctor abajo, mientras yo me quedo mirando el plato de sopa. Tenía hambre, pero tenía miedo de vomitarla luego. Tampoco tenía la fuerza como para levantarme y tomar la cuchara para además llevarmela a la boca.

- Tienes que comer- la voz de Niall se hace presente.

- Yo no... no puedo- murmuro con voz apagada. Él asiente con la cabeza, se sienta en la cama y toma el plato de sopa.

- Tendré que darte yo de comer- afirma acercandose. Yo no puedo negarme, si realmente quería mejorarme para así dejar de ser manejable para él, pues tendré que ser débil para luego ser fuerte.

Niall me sujeta de la cabeza con una mano para alzarla y lleva la cuchara a mi boca y yo la abro saboreando el sabor. Tozo un poco y siento que la bilis me sube pero lo controlo. Así pasamos un buen tiempo hasta terminar la sopa. Cuando la acabo me recuesto y me vuelvo a dormir.


Un Lindo Desconocido (Niall Horan) HOTDonde viven las historias. Descúbrelo ahora