Keriz se apoyó contra la pared y fue cayendo poco a poco hasta llegar al suelo. Delante de él veía la espalda de su hermano, encadenado de pies y manos, y mucho, mucho más lejos, aquella gente que los abucheaba y silbaba. Ahí arriba, desde lo alto de las gradas, parecían no temerle a nada ni a nadie y sus caras no se descoyuntaban por el miedo, sino por las grandes bocanadas que daban con cada grito. El niño cerró los ojos y encogió las piernas. Esa era la ciudad en la que residían sus raíces paternas y de la que provenían parte de sus antepasados. Una ciudad que, desde pequeño, creía poderosa y espléndida. Una ciudad que siempre había admirado y a cuyos habitantes, los Cazadores, idolatraba, pues él descendía del linaje de hombres y mujeres capaces de matar demonios. Pero todo aquello había cambiado y su ideal se había desvanecido. No quería saber nada más de la ciudad que su padre tanto amaba y en la que, sin embargo, sus habitantes no dudaban en reprocharle y pisotear su nombre. No quería ver más, no quería oír más. Entonces, como si los espectadores hubieran oído sus súplicas, se hizo el silencio. Él abrió los ojos, pero el pánico volvió a reflejarse en ellos cuando vio la razón de aquel súbito parón. Una de las piedras que tiraban los espectadores había sido lanzada con la puntería necesaria para impactar en la cabeza vendada y malherida de Ruu. Como era de esperar, un hilo de sangre rodó por la mejilla del mestizo y el joven se llevó una mano a la cabeza. Acto seguido, observó las yemas de sus dedos manchadas de rojo bajo la atenta mirada del público.
Pocos fueron los que lo vieron, y muchos menos los que lo oyeron, pero lo cierto es que los ojos de Ruu se oscurecieron, y sonrió. Sonrió como hacía antaño... Y eso no podía presagiar nada bueno.
– ¿Eso es lo mejor que tenéis? – preguntó con la voz gélida, mirando al suelo mientras aún conservaba esa sonrisa desquiciada en su rostro.
Al ver el inesperado giro que había dado el ambiente, Tracia se levantó de su asiento y llamó la atención de todo el público.
– ¡Os he convocado aquí, ciudadanos y Cazadores, para que seáis testigos del día en el que se demostrará que nosotros, los Cazadores de Plumas, somos superiores a cualquier demonio! – declaró la mujer.
Una ronda de aplausos no se hizo esperar y Tracia sonrió satisfecha al ver a su pueblo comer de la palma de su mano. Sin embargo, Daegal permaneció impasible, y su hijo volcó los ojos, cruzándose de brazos ante la petulancia de la mujer. A continuación, Tracia tomó del atril la Máscara del demonio Ratón y se la enseñó al público, como si se tratara de un trofeo, al igual que hizo cuando ostentó en su poder la Máscara de la Serpiente.
– He aquí un Hijo del Rey, uno de los demonios más poderosos que existían antes de que la Era de los Pueblos Libres comenzara. – anunció. – ¡Pero esa Era terminó en el momento en que los demonios han puesto un pie en nuestra ciudad! – gritó. – Si nunca desaparecieron o si han resurgido de sus cenizas, es algo que no sabemos... Pero sí podemos asegurar que estamos listos para enfrentarlos. – unos cuantos murmullos recorrieron el edificio, pero Tracia los aplacó con rapidez. – Confieso que en el ataque sorpresa no supimos reaccionar a tiempo. Perdimos a muchos de los nuestros, civiles inocentes y hombres y mujeres valientes. Las criaturas de magia ancestral sin el don de la palabra fueron hechizadas por los demonios y propagaron el caos por la ciudad, pero afortunadamente, las que no fueron abatidas recuperaron la normalidad cuando los demonios se marcharon.
Ruu frunció el ceño, molesto, pues de no ser porque él había roto el incensario que albergaba sus almas, las criaturas de magia ancestral seguirían presas de aquel supuesto encantamiento. Sin embargo, él no fue el único en encontrar mezquinas aquellas palabras. Eithel apretaba ahora aún más los puños, pues entre las criaturas abatidas, se encontraban varios vulpiros.
– Pero esto no significa que estemos a su merced. – aclaró Tracia, con seguridad. – ¡No nos rendiremos ante ellos! ¡Los Cazadores de demonios somos y seremos los que acabaremos de una vez por todas con esa especie!
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El Cazador de demonios (libro II) Hecatombe
FantasyCONTINUACIÓN de ||El Cazador de demonios La Montaña Prohibida|| #4 en AVENTURA 24/12/18 #7 en AVENTURA 1/11/17 #8 en AVENTURA 1/10/16 ___ Las Tierras Mortales disfrutan de los tiempos de paz desde que hace doce años, los demonios fueron exterminados...