Anabeth, a lomos de Meiras, logró posicionarse sobre los imponentes riscos de Ócul, pero no fue tarea sencilla. El viento ululante y el mar embravecido lucharon en su contra durante interminables minutos, hasta que la dragona de escamas verdes consiguió hallar una corriente favorable que les permitió aterrizar. La elfa saltó ágilmente de su montura, sus botas haciendo eco sobre la roca volcánica que vibraba bajo el poder latente de la tierra. Desde allí, la columna de fuego que se erguía sobre la isla era una monstruosidad aterradora, irradiando una aura opresiva y amenazante que pesaba sobre su espíritu como un manto de sombra. Pero no había tiempo para vacilar. El borde del cráter estaba plagado de demonios, criaturas que, con su sola presencia, hicieron que Anabeth recordara, como un azote en su memoria, sus vivencias en las minas de Fodies. El miedo, la miseria, esa desesperante sensación de parálisis... Todo volvió a ella en un instante.
– ¡Cuidado! – gritó entonces una voz familiar.
Anabeth apenas tuvo tiempo de reaccionar y esquivó por un pelo una flecha negra, embebida en veneno, que un demonio del Clan del Halcón había disparado. Al girar la cabeza, encontró a Saya, la mestiza de ojos amarillos, en una fiera batalla mano a mano con un demonio de cabeza serpentina. La elfa no lo pensó dos veces y descendió rápidamente a su lado, pues aunque no tenía una espada con la que ayudar, su magia haría las veces de arma o escudo.
-Te recuerdo, tú estuviste en Fodies esa noche...-dijo Saya.
Ambas luchaban espalda con espalda. Mientras Saya arremetía contra el demonio con la destreza de una guerrera experimentada, Anabeth invocaba hiedras con su magia, atrapando a los demonios que se acercaban y lanzándolos lejos.
– Así es, y esta vez he venido a buscaros. – respondió la elfa con firmeza.
Saya sonrió con una confianza imperturbable, dio un salto acrobático y se sentó sobre los hombros del demonio serpentino, asfixiando su escamoso cuello con la fuerza de sus piernas, y con un movimiento fluido, cortó la cabeza de la criatura con sus espadas gemelas, sin mostrar el más mínimo titubeo. Anabeth se quedó inmóvil por un instante, impactada ante la brutalidad de la escena, mientras la sangre caía al suelo como una lluvia oscura.
– Realmente pareces una serpiente... – masculló la elfa, casi en un susurro.
Saya agitó sus espadas, sacudiendo la sangre con una facilidad fría, y se preparó para enfrentar al siguiente demonio que se atreviera a desafiarla.
-Si quieres ver a un verdadero animal salvaje, te recomiendo mirar hacia allí.-dijo.
Anabeth siguió la dirección de su dedo y sus ojos se abrieron con asombro. Un lobo de pelaje negro, con ojos bicolores, estaba luchando contra un demonio de cuerpo de escorpión, envuelto en una armadura y blandiendo un hacha colosal que lo doblaba en tamaño.
– No será...
– Sí, es Hidan. – confirmó Saya. – Peleando en su forma animal conserva más energía, y ambos sabemos que la necesitaremos.
– ¿C-Cuánto tiempo lleváis aquí? – preguntó Anabeth, sorprendida por la resistencia de los mestizos.
-Supongo que unas tres semanas más o menos.
Anabeth sonrió para sus adentros. Puede que aquellos dos guerreros hubieran llegado tarde a la isla, pero estaba claro que haría falta mucho más para doblegarlos. Estaba segura de que en esas tres semanas no habían dejado de luchar ni un solo día. Tres semanas de combate interminable, sin descanso, sin comida, peleando día y noche... Si eso no era un acto de heroísmo, entonces nada lo era.
– En ese caso, es hora de ponerle fin a esto. – aseguró Anabeth, con determinación.
Con un chasquido de sus dedos, las enredaderas que había invocado se cerraron con más fuerza alrededor de los demonios, asfixiándolos. Luego, alzó la mano hacia Meiras, su palma hacia el cielo, como rogándole que cumpliera con su petición, y la dragona pareció comprender de inmediato, pues desplegó sus majestuosas alas y empezó a inflar sus pulmones.
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El Cazador de demonios (libro II) Hecatombe
FantasyCONTINUACIÓN de ||El Cazador de demonios La Montaña Prohibida|| #4 en AVENTURA 24/12/18 #7 en AVENTURA 1/11/17 #8 en AVENTURA 1/10/16 ___ Las Tierras Mortales disfrutan de los tiempos de paz desde que hace doce años, los demonios fueron exterminados...