Shina escuchaba en silencio, congelada por las palabras de Ruu. ¿Hoy significaba lo siento? El mestizo continuaba revelándose como una amalgama de contradicciones. Shina no podía comprender cómo una sola persona podía ser tan dispar, tan gentil en un momento y tan terrorífica en el siguiente.
– ¿Crees que puedes simplemente abrazar a alguien a quien has intentado matar? – preguntó con una frialdad que cortaba como el viento invernal.
Ruu aflojó el abrazo y la miró fijamente, con las manos aún firmes sobre los hombros de su amiga de la infancia.
– Por algo se empieza... replicó.
Aquel comentario desconcertante logró arrancar una leve sonrisa de los labios de Shina, aunque no lograba disipar la inquietud que anidaba en su pecho. ¿Cómo era posible que los ojos que ahora la contemplaban, cargados de remordimiento y confusión, fueran los mismos que, no hacía mucho, la habían observado con una sed de sangre devastadora? Aun así, el ardor punzante en las heridas de su cuello y manos le recordaba el peligro de bajar la guardia. Como si sus cicatrices intentaran susurrarle advertencias ineludibles.
– Perdonar no es tan fácil... – murmuró desviando la mirada, como si buscar la respuesta en el suelo le permitiera evitar la complejidad de su situación.
El mestizo la soltó, desalentado, pues sabía mejor que nadie cuán profundas y dolorosas podían ser las cicatrices del pasado, y cuán duradero el resentimiento que éstas cultivaban. Y, precisamente por eso, no quería que Shina cargara con el mismo peso que él.
– No necesito que me perdones ahora. – dijo en su tono seco, aunque cargado de una verdad desnuda. – Solo espero que algún día puedas hacerlo.
Shina mantuvo la vista baja. Todo era demasiado reciente, demasiado confuso. Ruu, con su extraña mezcla de compasión y violencia, la desconcertaba profundamente. Quería apartarse de él, pero algo en su interior aún vacilaba, oscilando entre el miedo y la compasión. Keriz le había explicado lo difícil que era controlar al demonio de las máscaras, pues dominar esa oscura fuerza no era una cuestión de voluntad débil, sino de una batalla constante, una lucha que nadie elegía.
– No puedo confiar en ti. – confesó finalmente la joven. – Aunque lo desee... no puedo.
Ruu la miró como si algo en su pecho se hubiera roto.
Las palabras impactaron en él como una espada que se hunde en carne viva, y aunque intentó mantener sus ojos firmes, algo en su semblante se quebró.
-Nunca te pedí que lo hicieras.
El joven bajó ligeramente la cabeza, sintiendo un vacío creciente en su pecho, y con pasos pesados, comenzó a caminar, pasando junto a ella como si una corriente fría separara sus mundos, aunque sus cuerpos apenas estuvieran a centímetros de distancia. Si su relación iba a continuar en esos términos, quizás habría preferido no volver a verla jamás.
"He hecho todo lo que he podido, Iznaan" – se dijo a sí mismo, con amargura.
El anfitrión del demonio Ratón se dispuso a bajar las escaleras, pero antes de dar el siguiente paso, su mirada se desvió por un instante hacia Shina. Ella seguía ahí, inmóvil, quizás mirando hacia el horizonte, hacia el amanecer que comenzaba a despuntar más allá del Mar de Arena. ¿Buscaba las palabras que no podía pronunciar? ¿O tal vez trataba de poner en orden su mente y su corazón, enredados en un laberinto de emociones? Ruu sabía que la muchacha tenía todo el derecho a rechazarlo y a temerle, pues él era un demonio, o al menos, algo muy cercano a ello. Era un mestizo, pero al contrario que Hidan, quien en la cima de la Montaña Prohibida había superado el control de la máscara del Lobo gracias a su fuerza de voluntad y a la intercesión de Saya, él había perdido el control de la suya cuando más lo necesitaba, permitiendo de alguna manera al demonio Ratón deslizarse por las rendijas de su mente, hundiéndolo en la oscuridad y devolviéndole a aquel estado de semiinconsciencia en el que había vivido preso desde el preciso momento en el que se convirtió en un Hijo del Rey hasta que fue liberado por Saya... y ese pensamiento le asfixiaba.
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El Cazador de demonios (libro II) Hecatombe
FantasyCONTINUACIÓN de ||El Cazador de demonios La Montaña Prohibida|| #4 en AVENTURA 24/12/18 #7 en AVENTURA 1/11/17 #8 en AVENTURA 1/10/16 ___ Las Tierras Mortales disfrutan de los tiempos de paz desde que hace doce años, los demonios fueron exterminados...