Juego de orgullo

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-No te tienes que mover ¿Vale?

-Sí, sí, de acuerdo...

-A ello entonces...

Era tarde, estaba en el local haciendo el primer tatuaje grande a una tía, sería en su pierna derecha, y he de decir, esta chica tenía muy buen gusto con ello.

Hoy, se supone, llegaría mi nuevo compañero de apartamento, y por eso estaba un poco estresado, más de lo normal. Sabía que no tendría que haber venido ha trabajar hoy, pero si de esa forma gano cien euros, está perfecto. Los tatuajes no son baratos.

-¿Entonces... estudias en esta Universidad, no?

-Sí... - Decía ella soportando el dolor. - Sí, estoy estudiando arquitectura

-Qué bien - Contesté yo mirando de nuevo la imagen. - ¿Qué significa tu tatuaje?

-Es una tía con las manos atadas - Susurró ella, sacando un gritito de dolor. - ¡Joder!

-Tranquila ¿Vale? - No podía permitir que se moviera, si no, el tatuaje quedaría mal y al final, el que tendría que corregirlo sería yo. - Entonces... ¿Qué significa?

-El encarcelamiento en la mujer en los estereotipos de la vida – Me quedé un poco atónito con ello, no pensé encontrar a alguien tan superficial. - ¿Y tú... tienes tatuajes?

-Sí, obviamente - Respondí riendo. - Pero... todos ellos están en la espalda y uno llega hasta mi brazo, pero justo la manga de cualquier camisa lo tapa.

-Entiendo... ¡AH! - Gritó ella, saqué una risita y le volví a pedir que se calmara.

Así pasó la tarde, escuchando a la tía hablarme de su carrera, de su pueblo, de su novio llamado Sergio, de su estrés, de su libro favorito, de su escritora favorita, de su padre que era de Noruega, en fin... Un lío enorme, que al final, lo único que lograron, fue subirme el nivel de estrés.

-¿Vives en los apartamentos de la UGI? - Preguntó, y yo asentí. - ¿Qué estudias?

-Nada - Respondí. - Yo pago por vivir aquí

-Oh... - Fue lo único que logré escuchar. - Entiendo, entiendo...

Al terminar la primera sesión ya habían dado las seis de la tarde, me puse de acuerdo con ella para la segunda sesión, y el precio a pagar, le di las recomendaciones que tiene que seguir al estar tatuada, y le di las gracias, obviamente, por el adelanto de dinero.

Al salir a la sala de espera me encontré con un tío y otra tía, ¿Hoy tendría el día ocupado?

-Vengo a sacar cotización de un tatuaje – Dijo el tío poniéndose de pie, le sonreí y asentí con la cabeza.

-Adelante - Pedí abriendo la puerta, los dos entraron y al hacerlo, cerré. Se sentaron en el sofá, y yo me senté en la silla de enfrente. - Vale, ¿Qué te quieres tatuar?

-Esto – Dijo dándome una hoja de papel, era la letra de una canción seguro. - ¿Cuánto saldría si te pido que esté en mi espalda?

-Ven – Dije poniéndome de pie, y enseñando las dos lonas del cuerpo humano, una de espaldas y otra de frente. - ¿Qué tan grande?

-Así - Con sus manos marcó el lugar, y con sus dedos el tamaño.

-Pues... en una sesión se hace, y las letras no son tan grandes realmente, son tres dedos... así que... cuarenta euros ¿Te parece?

-Me parece un poco caro – Dijo él riendo. - ¿No se puede menos?

-¿Treinta y cinco? - Y él acepto sonriendo. - ¿Solo tú te tatuarás?

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