Material +18.
Hay mucho ruido.
— ¡Guillermo! — Hay demasiada gente.
— ¿Qué fue lo que pasó entre Samuel y tú? ¿Se han reconciliado?
— ¡Samuel! ¡¿Te pidió matrimonio?!
Hay demasiado de todo y esto me está ahogando.
— Vamos... — Susurró Samuel, tomando mi mano abriéndose paso hacia el departamento.
Una aglomeración de periodistas no nos permitían pasar directo al departamento, y considerando nuestra actuación, estaba seguro de que no lo harían por un buen rato.
— ¡Vamos, vamos! — Escuchamos la voz de Saulo, para éste abrirse paso por la multitud y posar sus manos en nuestras espaldas, empujándonos hacia adelante.
— ¡Dejadlos hablar un poco, tío! — Amet también estaba aquí, aquel tono tan distintivo podía hacerse notar entre todo el caudal.
— ¡Una embarazada necesita espacio! — Y qué decir de Esme.
Súper héroes, parecían uno de ellos. Llegando en el momento preciso, llegando incluso si nosotros no podemos gritar por auxilio. ¿Será que las noticias del momento somos nosotros en vivo? ¿Será que nuestros rostros llorosos fueron expuestos a todo el mundo? ¿Será que escucharon todo lo que dije? ¿Todo lo que me dijo?
El tiempo se me acaba y quiero saber qué tanto sabe la gente de mí, quiero decirles lo mucho que he cambiado.
Con ayuda de Amet y Saulo logramos abrir la puerta y, Esme, con su encanto natural, disipó a las cámaras que querían invadir nuestro hogar.
Entonces hubo silencio.
— Samuel — Escuchamos, para éste sentarse en el sofá y subir la mirada hacia el techo—. Dame un momento — Susurró—. Guille, ven aquí.
— Vale... — Susurré, caminando lentamente hacia él y sentándome a su lado, para él tomar mi hombro con una mano y acostarme en su pecho.
No tardé nada en escuchar lágrimas deslizarse por sus mejillas. Lo abracé fuertemente escondiendo mi rostro en su hombro, él hizo exactamente lo mismo. Buscábamos refugio, lo buscábamos en nosotros mismos. Cálido y fuerte, podía recargar todo mi pesar y sabría que él lo sostendría. Eso era más que suficiente.
— Dios, cuánto tiempo tuve que esperar para tenerte aquí— Lo escuché decir.
Yo solo me limité a asentir con la cabeza, tenía demasiado ruido en la cabeza como para traer algo de silencio a mi boca.
Esto era increíble.
— Y bien... — Escuchamos a Amet decir, sentándose en el sofá más pequeño junto con Esme en sus piernas—. Hicieron correr a una embarazada, espero que estén contentos — Saqué una risita para escuchar a Samuel reír también.
Pronto, estábamos llorando entre risas, o riendo entre lágrimas, cualquiera de las dos funciona.
— Perdón — Dije, poniéndome de pie para mirarlos a todos a la cara—. Sé que hice un error de talla mundial, pero entiendan, estaba demasiado sólo.
— Yo entiendo, lo sabes — Contestó Amet, para sonreírme sincero—. Pero no te perdonaremos si vuelves a hacerle daño a él.
Asentí con la cabeza mientras la inclinaba en señal de disculpa. Saulo se acercó a mí y, susurrando, dijo:

ESTÁS LEYENDO
FISURAS
Fiksi Penggemar-Niño, te diré una cosa antes de que sigamos viviendo juntos, es fácil y sencillo, no te metas conmigo, si no quieres que vea esa estúpida cara tuya, avergonzada, no me vas a poder manejar a mí también ¿Entiendes? -¿Tú tienes idea de con quién está...