FISURAS

La carta

Confiar en Samuel fue mi única opción, porque no tenía la sangre suficientemente fría como para dejar de escuchar lo que ambos me decían, la palabra "cambio", espero tomarla de forma literal. Si es mentira, ambos pagaran, pero confío plenamente en que no es así. De cualquier forma ya no puedo hacer nada, Saulo se ha ido, y Samuel ha hecho lo mismo. Confiar, es peligroso hacerlo incluso ahora. Porque si dejé escapar a ese imbécil por haber confiado en las palabras del otro imbécil, me sentiría... traicionado.

-¡SAMUEL IDIOTA! – Y entonces, después de todo el mar de emociones, estaba él.

¿Por qué me deja de esta manera solo? Me besa y abraza, me dijo "Te quiero"  y mi corazón se apretó más que antes. – Te quiero.... – No entiendo que hacer conmigo mismo, me siento estúpido, el orgullo se ha quedado de lado y ahora estoy enamorado de la persona que creía, era un fácil y sobretodo, un gilipollas.

De ambos no tiene nada, y lo sé ahora. Su personalidad se acopla dependiendo de la persona con la que esté. Y si estaba con mi personaje de tipo duro y toca narices, él sería igual. Orgulloso, altanero, y un cabrón sin medida. Ya no tenemos nada de eso, por lo menos, ya no sale a flote. Yo tengo ese carácter desde que pasó lo que pasó con Saulo, soy duro de personalidad, lo soy con todos los demás... ¿Qué pasó entonces con Samuel?

Amor, eso fue lo que pasó.

Rompiendo mis panoramas, mi manera de ver el mundo, mi forma de respirar e incluso, mi forma de mostrar afecto. Desde el momento en el que me ayudo con Amet, hasta el día en el que me quedé a su lado mientras lloraba, estaba claro que ya no éramos los mismos.

¿Bueno y malo hasta qué punto? No veo malas vistas. ¿Peligroso? Lo es, y bastante. Un famoso gay con un novio con pinta de vago, ¿Por qué la vida me castiga así?

¿Novio? No... no lo era.

-Samuel imbécil... - Me deslicé por la puerta mientras hundía mi rostro en mis brazos. - ¿Por qué lo alargamos tanto?

No sabía y no quería entenderlo de cualquier manera.

Miré la hora y me percaté de que faltaban dos horas para entrar a clases, así que sin más tomé una ducha y desayuné en casa, mientras veía a Confi dormir en el sillón. "¿Cuánto tiempo te quedarás en Madrid?"  Pensaba y pensaba, moviendo mis brazos de lado a lado, impaciente, como si ya lo estuviera extrañando.

***

-El proyecto del estudiante Guillermo William fue un éxito total profesora Esme, estoy agradecido con su talento en la enseñanza y sobre todo, felicidades Guillermo, espero tener más álbumes tuyos pronto

-Gracias director

¿Desde cuándo soy aplicado en la escuela?

-¿Lo ves? Sabía que lo petabas Will

-Gracias profesora

¿Desde cuándo todo el mundo quiere ser mi pareja de trabajo?

-William ¿Tienes pareja para el siguiente proyecto? Las sesiones de fotos al desnudo suelen ser un poco... peligrosas ¿Quieres hacerlas conmigo?

-No gracias Rosa, tengo ya equipo

La verdad era que no tenía a nadie, pero portaba demasiado pudor como para formar equipo con otra persona que no fuera... Samuel.

-El pudor es el peor enemigo para un fotógrafo – Decía la profesora Esme caminando entre los pasillos. – Si un fotógrafo tiene pena o vergüenza al hacer una sesión, las fotos estarán movidas o no tendrán algo rescatable de todas esas horas empleadas, la manera... - Me miró. – De que no tengan pena, es conociendo al modelo o la modelo con el que trabajaran, sepan e interésense por su trabajo, den a entender profesionalismo en ello, y si todo sale bien, terminaran teniendo una sesión esplendida y envidiable, por lo tanto... - Volvió al centro del salón. – Si las personas con las que trabajan son completos extraños, es obligatorio mostrar una relación profesional, si son amigos o compañeros, deben de mantener conversación acalorada para que no piense que está mostrando su cuerpo al desnudo, el próximo proyecto se llamara, "Venciendo el pudor", por lo tanto, vosotros elegiréis un o una modelo de su agrado, pueden ser compañeros sí, necesito su relación de equipo en mi escritorio en veinte minutos