—Samuel... —Escuché una voz llamarme por detrás—. ¿Qué ha pasado...?
Me había quedado helado. El teléfono descansaba en el suelo mientras una parte de mí desaparecía con la línea. Suspiré, llorando y con los puños apretados hasta más no poder. Me puse de pie para tomar mi cabeza con ambas manos, creyendo que nada de esto era real. Quisiera poder engañarme a mí mismo, quisiera que nada de esto fuera real y se volviera una pesadilla.
William me observaba perplejo, aún en el suelo. Parecía no poder gesticular nada al verme llorar, era increíble verme así, inexpresivamente roto—. Te daré el dinero para un hotel, por ahora quiero estar solo, William —Él asintió bajando la cabeza y poniéndose de pie. Saqué de mi chaqueta negra unos cuantos billetes para entregárselos sin decir nada más.
Él vaciló, me observó por un largo momento en silencio para tomar mi rostro con una de sus manos y despertarme. Su piel fría me había traído de vuelta a la vida—. ¿No quieres hablar? Pareces... otra persona justamente ahora —Negué con la cabeza mientras una risa demoledora me hacía, por fin, llorar.
Me abrazó para yo romperme en esos pequeños y delgados brazos. Mis piernas, que al principio permanecían inquebrantables, se vinieron abajo. Y en el suelo de mi casa, William y yo nos quedamos abrazados hasta quedarme dormido.
Las lágrimas tienen un sabor amargo, pues de mis mejillas muchísimas escurrían con furia, y en mis labios llegaban a parar. Recuerdo como su voz se quebraba al decir "Perdón", recordaba todo tan bien que el pesar en mi pecho crecía con agresividad. "Fui débil" era lo único que hacía eco en mi mente. Porque para mí él no era así. Porque para mí él era en lo único que podía confiar estando vivo, y parece que no fue así.
Parece que fui ingenuo.
***
En la mañana siguiente me desperté en el suelo encima del cuerpo de William, quién acariciaba la cabeza de Confi cuyo cuerpecito descansaba a su lado. Por un momento sentí culpa, sentí culpa de estar con otro hombre en semejante postura pero, después de unos minutos recordé lo que había pasado. Recordé la noche anterior, sentí mis ojos arder, y suspiré.
—Buenos días —Escuché su voz, para yo asentir y ponerme de pie avergonzado—. Lo siento tanto, me vine abajo contigo y... Wow... —Troné mi cuello para cederle mi mano y él ponerse de pie.
—No te preocupes —Susurró sonriente, para mirarme con cautela, examinar mi rostro demacrado y no decir nada—. ¿Estás mejor?
—Hoy no haré nada más que quedarme aquí, o quizá vuelva a Madrid a ver a mi mejor amiga... —Rasqué mi cabeza—. Pero lo que sí tengo por seguro es que no me quedaré aquí
—Ya veo —Asintió—. Bien, entonces yo me iré ya, no quiero molestarte más... —Miró hacia abajo para sentir como las patitas de Confi se pegaban en su pierna mientras se estiraba. Parecía medio dormida aún—. Vaya... que mona... —Se agachó para acariciarla por última vez y caminar directamente hacia la puerta—. Te devolveré tu ropa cuando la señora Esme me pague por primera vez, y pueda comprarme un poco más, o cuando mi hermana llegue, cualquiera que pase primero —Sonrió amplio—. ¡Nos vemos! —Quiso salir para chocarse de frente contra la puerta, cosa que inevitablemente me dio risa pero me alarmó al instante—. ¡Hey! ¿Y eso tío?
—Perdón... —Dijo sobándose la frente—. Lo que pasa es que necesito lentes... no puedo ver muy bien —Susurró avergonzado—. Pero tengo un amigo que también usa lentes y tiene un par que siempre me presta, no son de mi medida, pero me sirven para poder ver mejor
—Wow, wow, wow... —Lo detuve tomándolo de los hombros—. Incluso yo sé que es peligroso salir a la calle sin lentes, ¿Cuánto necesitas de graduación? —Miró hacia el cielo por un momento para decir—. Dos punto cinco...

ESTÁS LEYENDO
FISURAS
Fanfiction-Niño, te diré una cosa antes de que sigamos viviendo juntos, es fácil y sencillo, no te metas conmigo, si no quieres que vea esa estúpida cara tuya, avergonzada, no me vas a poder manejar a mí también ¿Entiendes? -¿Tú tienes idea de con quién está...